viernes, 12 de octubre de 2007

Sólo faltaba confianza

Hola, somos una pareja de Málaga de 27 años. Para contaros nuestra historia no voy a dar nombres verdaderos, nos llamaremos Silvia y Juan. Ante todo os daremos unas descripciones de cómo somos para que os hagáis una idea.

Silvia es rubia, mide 1,60 y pesa 55 kilos, tiene buen culo y de tetas no anda mal, una talla 95. Yo mido 1,80, peso 90 kilos soy castaño con los ojos marrones. No estoy bien dotado.

Somos una pareja que empezó a salir cuando teníamos 17 años, ninguno de los dos había mantenido relaciones sexuales con otras personas. Silvia para el tema sexual es un poco antigua, nuestros primeros toqueteos empezaron con 20 años y así estuvimos un durante largo tiempo hasta que con 23 años tuvimos nuestra primera relación. Para ese tiempo, yo ya navegaba por Internet, miraba páginas de contactos y me gustaba pensar que había gente que realizaba tríos, gang bangs, etc.

Y bueno, después de estar dos años realizando de muy de vez en cuando relaciones sexuales le propuse a Silvia tener experiencias con otras personas. Creo que ese día me llevé mi primera torta por su parte. No le insistí más sobre ese tema.

Al cabo del tiempo, ella se fue abriendo gracias, entre otras cosas, a que ella ya navegaba por Internet y sus amigas, pero eso lo único que provocó era que nuestras relaciones sexuales aumentaran. De vez en cuando yo le pedía de hacer algún trío o intercambio y ella se negaba.

Fue ya con 27 años cuando un día en casa vimos por Internet una página de intercambios, tipo MorboCornudos.com, aunque no tan buena. Ella estaba muy caliente esa tarde y me comentó que hiciéramos una cuenta para ver como iba eso, como curiosidad. A mí se me abrieron los ojos.

Nos creamos la cuenta y en la descripción pusimos que buscábamos hombre para amistad y para lo que surgiera. Enseguida recibimos muchos mensajes de hombres de todo tipo. La coletilla de los mensajes siempre era la misma, “me follaría a tu novia”, “le reventaría el coño”, etc. etc.

Aunque eso nos calentaba, no había nadie que dijera, “me gustaría conoceros y si resulta algo podríamos llegar a más”. A nosotros nos gustaban los mensajes, nos calentaban mucho y follábamos como locos, pero ningún mensaje provocó lo que yo quería. El tiempo pasaba y yo me iba desanimando...

Así, un día nos conectamos a la cuenta y teníamos un nuevo mensaje en el buzón. Tenía foto. Era un hombre de 52 años, la verdad que bien cuidado y muy dotado. Pensé que era muy mayor y que mi novia no querría tener nada con él, pero el mensaje le atrajo, no pedía sexo sino provocar situaciones morbosas, como que nosotros lo hiciéramos mientras el miraba, etc.

Le dije a Silvia de quedar y ella me dijo que no, pero después de mucho insistir y decirle que ese hombre no se la iba a follar, decidimos quedar un domingo por la tarde para tomar algo con él y conocernos. La verdad es que la velada fue bastante buena y José nos pareció una buena persona.

Después de eso, quedé un día a solas con él sin Silvia, sin que ella lo supiera, para decirle lo que yo quería, pero que no se hiciera ilusiones, porque Silvia no iba a acceder. Él me comentó que bastante tendría con vernos follar, ya que estaba harto de ver a su mujer, y que le gustaría ver a una chica joven follar.

Empezamos a quedar con él en una casa que tiene en la costa, pero nunca pasaba nada. Lo más que hacíamos era morrearnos delante de él en la casa, pero sin hacer nada más.

Un día decidí, para romper un poco el hielo, llevar a la casa de José una peli porno, y mientras estábamos en los sofás viendo la peli, me saqué la polla para ver la reacción. Ese día a lo más que Silvia llegó fue a hacerme una mamada mientras José se hacía una paja.

El paso que dimos aquel día fue importante. Empezamos a quedar más, íbamos todos los fines de semana a casa de José y veíamos pelis porno, pero sin hacer nada más, hasta que un día mientras veíamos una peli, (José y yo siempre nos hacíamos una paja mientras las mirábamos), Silvia se levantó con la excusa de ir al baño y cuando regresó, (ninguno de los dos nos percatamos porque estábamos pendiente a la peli) había regresado desnuda completamente, lo único que llevaba puesto eran las medias hasta el muslo.

Allí estaba ella completamente desnuda delante nuestra, mientras nosotros teníamos nuestras pollas fuera. Silvia se tapaba nerviosamente para que José no pudiera verle bien, pero el paso ya estaba dado.

Le pedí que se sentara a mi lado, ella se sentó, le quité las manos que tapaban sus tetas, y allí quedaron expuestas a la visión de José. Éstas son grandes y redondas. Empecé a chupárselas, ella se echó sobre el respaldo y se fue relajando, cerraba los ojos y soltaba pequeños gemidos mientras le chupaba los pezones. Poco a poco fuí abriéndole las piernas y en poco tiempo tenía las piernas totálmente abiertas, quedando su coño depilado a la visión de José.

Mientras chupaba las tetas de mi novia y pasaba el dedo por su coño, yo miraba a José, el cual se pajeaba viendo la escena. Mi novia me tenía cogida la polla con una mano y me pajeaba. El ruido de sus gemidos aumentaba, se notaba de que estaba cada vez más caliente.

Ella se levantó, fue a su bolso, que estaba en una mesa cercana a José, y sacó un condón. La verdad es que esa imagen me gustó mucho, mi novia desnuda totálmente caliente cerca de un extraño...

Vino hacia mí, se arrodilló y empezó a chupármela. El culito estaba apuntando a José, éste cada vez se pajeaba más rápido, el culito estaba a menos de un metro, y no aguantó mucho, se corrió viendo el coño y el culo abierto de mi novia.

Yo no aguantaría mucho más, por lo que le dije a mi novia que me pusiera el condón y acto seguido se puso encima y empezó a subir y bajar. No estuvimos mucho, porque gracias a la excitación nos corrimos muy rápido. Fue espectacular, allí estábamos los tres, corridos en el salón de José.

Mientras estuvimos en la casa de José, Silvia estuvo desnuda, estuvimos poco rato y nos fuimos. Quedamos con José en que le llamaríamos para otra ocasión.

Estuvimos dos o tres semanas sin llamarlo, Silvia no estaba muy convencida, pero al cabo de la tercera semana empezamos a quedar otra vez. Silvia, con la confianza, cada vez estaba más agusto. Había semanas que quedábamos casi todos los días. Silvia se desnudaba cuando llegaba a casa de José, y la verdad es que follábamos casi todos los días.

Por ese tiempo, más o menos Junio de este año, Silvia empezó a navegar por Internet y empezó a visitar distintas páginas de sexo, entre ellas ésta, y cada vez que íbamos a casa de José se comportaba más guarra, en sus andares, en sus insinuaciones. Incluso un día llegó a hacerle una paja a José, cosa que me dejó pasmado.

Silvia era tan reservada en el tema del sexo, que siempre que follábamos tenía que usar condón, no quería tomar las pastillas, pero por esa fecha empezó a tomarla por temas médicos. Durante una semana no pudimos llamar a José por temas de trabajo y además no tuve tiempo de aprovechar el tema de las pastillas. Se acercaba el día de mi santo y Silvia me dijo que me llevaría una sorpresa.

El día de mi santo, Silvia me dijo de dar una vuelta, que fuéramos a un descampado que le había dicho una amiga que quería follar. Silvia llevaba una falda muy corta y un top, llevaba sujetador pero en el coche se lo quitó. Me llevó por un sitio el cual no conocía, por un camino de tierra, y nos salimos a una zona donde había muchos árboles. Era una zona que desde la carretera no se apreciaba que hubiera un claro allí, y al entrar al final, vi un coche que me sonó bastante. Era el coche de José.

Nos bajamos del coche y saludamos a José, y después de una corta conversación, Silvia se acercó a mí y me dio un beso. Cuando terminó me dio las felicidades por mi santo y me dijo : “siéntate, que viene tu regalo”. Acto seguido se fue a José y le dio un beso en la cara y le dio las felicidades. No me cuadraba, era mi santo y no nos llamábamos igual.

José me miró y me dijo que era su cumpleaños, así que le di las felicidades, y Silvia me interrumpió y me dijo que le iba a dar también su regalo. Silvia agarró las manos de José y se las llevó a sus tetas. No me lo podía creer, y por la cara de José, tampoco se esperaba esa reacción. Éste no dudó en tocárselas. Silvia se quitó el top, quedando totálmente expuesta a las caricias de José. Éste tocaba, pellizcaba y chupaba las tetas de mi novia, mientras Silvia aprovechaba para desabrochar el pantalón de José y sacarle su polla, que estaba súper hinchada, igual que la mía.

El momento era extraordinario. Frente a mí, a un metro, estaba mi novia con José, éste le chupaba las tetas, y con una mano pellizcaba los pezones mientras Silvia lo pajeaba. Una de las manos de José fue bajando hasta llegar a la falda y justo por debajo de ésta empezó a acariciar a mi novia. Ella empezó a gemir, se retorcía del placer de tener a otro hombre tocándole por todos lados y chupándola.

Después de un rato así, Silvia se agachó y no dudó en meterse la polla de José en la boca. Tengo que reconocer que la polla de José era bastante más grande que la mía, podía medir 20 cm. y era más gruesa. Allí estaba mi novia, arrodillada en el suelo, chupándole, mientras ella se tocaba las tetas y metía una mano por debajo de su falda. No me podía creer lo que estaba viendo, pero todavía estaba por llegar lo mejor.

Silvia se levantó, me miró y me dijo que le acercara el bolso que había dejado en el coche. Cuando regresé, Silvia se estaba subiendo la falda y no me había fijado, pero no llevaba ropa interior. Se puso apoyada en el capó, dándonos la espalda. Yo le acerqué el bolso. Me pidió un beso y se lo di. Me dijo que si me estaba gustando lo que estaba viendo, y le contesté que me estaba encantando.

En ese momento, el que se había arrodillado era José, el cual le estaba lamiendo el coño por detrás. No estuvo mucho tiempo, se levantó y se colocó justo detrás, y cuando la iba a penetrar, Silvia lo paró. Lógico, pensé, le irá a dar el condón, pero no era eso precisamente lo que sacó Silvia del bolso.

Sacó un bote. A simple vista no sabía qué era, hasta que lo vi mejor. Era vaselina. Se lo di a a José, éste se lo echó en la polla y se lo restregó a Silvia por el coño. Y entonces, se lo penetró.

¡Increíbleeeee!. Mi novia siendo penetrada por otro hombre delante mía y además en una situación que ni yo mismo había conseguido. Yo siempre lo tenía que hacer con condón, y él se la estaba follando a pelo, y no veas si se la follaba, los dos gemían con fuerza, él se la sacaba y se la volvía a meter de golpe, 20 cm. entrando y saliendo con fuerza. Silvia estaba disfrutando como nunca, no me podía creer que ésta fuera mi novia, esa mujer que me negaba estas cosas, el hacerlo con otro hombre, gimiendo como una puta, y nunca mejor dicho.

Así estuvieron un rato, Silvia apoyada en el capó y por detrás José la penetraba, intercambiaba la penetración dura y rápida con ritmos más pausados, como descansando para que ese momento no terminara, cosa que yo no quería que ocurriera.

Al tiempo de estar así, Silvia me miró, me sonrió y me dijo que si eso era lo que yo quería ver. Yo le dije que me encantaba. Por aquel entonces, yo estaba sobre nuestro capó sentado y pajeándome. Silvia hizo que José parara, me miró y me dijo que siguiera disfrutando de mi regalo de santo, y dijo una cosa que no entendí en ese momento. Miró a José y le dijo: “ahora viene tu regalo”.

La verdad es que ni José ni yo supimos a qué vino eso. Pero tardamos segundos en enterarnos. Silvia retomó su posición, cogió la polla de José con una mano y la apuntó hacia su culo. ¡No podía creerlo!. Tuve que acercarme para verlo. Me acerqué, me puse a su lado y pude ver como José enfilaba su polla al culo de Silvia.

Ella giró la cabeza, miró a José y le dijo: “Vas a ser el primero”, y efectivamente, con un poco de dificultad, tardaron un tiempo en que entrara y tuvieron que echar más vaselina, pero la polla de José estaba completamente metida por el culo de mi novia. En ese momento me fijé en la cara de mi novia y ésta tenía los ojos completamente cerrados, disfrutando del momento. Yo no podía más, viendo lo que veía, y me corrí estando tan cerca de Silvia que parte de la corrida cayó sobre ella.

Era increíble, a unos centímetros veía como José se estaba follando a Silvia por el culo, éste gemía y la follaba con fuerza, de su boca salían insultos hacia Silvia y ésta gemía como una puta, justamente lo que le estaba llamando José. Estaban los dos como poseídos, cosa que provocó que José se corriera en su culo. La corrida fue bestial, ya que parte del semen cayó dentro y otra parte fuera, llenando la espalda de Silvia y el coño.

Allí estaba José, corriéndose en el culo de mi novia por primera vez, y ella echada sobre el capó reventada en todos los sentidos. José tardó en sacar su polla del culo de mi novia, se estaba recreando en el momento. Al cabo de 5 minutos, estaba ya José sentado en su capó con los pantalones todavía por los tobillos y Silvia había ido a nuestro maletero, había sacado una botella de agua y delante de nosotros se estaba enjuagando su coño y su culo, del cual brotaba una mezcla de agua, vaselina y semen.

Se arregló el top y la falda, nos sentamos los tres en el coche y estuvimos un rato hablando antes de irnos. Hablamos de sexo, Silvia estaba totálmente desinhibida sentada en el capó con las piernas sobre el parachoques y la falda bastante remangada, por lo que se podía ver su coño.

Después de esto, nos seguimos viendo con José, el cual se ha convertido en un buen amante. En cuando tenga más tiempo escribiré el resto de situaciones que llevamos desde Junio a Diciembre.

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