viernes, 12 de octubre de 2007

Sexo entre estudiantes

Un piso de estudiantes es un lugar ideal para el sexo. Hay tiempo de sobras, se es joven, hay tías buenas en la universidad, gimnasios, etc, se suele tener novia, el piso tiene camas, baños, etc.... Lo que explico a continuación es tal como sucedió, así entré por la puerta grande de los cornudos consentidos y algo menos de corneador.

Vivía con otro tío en un piso, y los dos teníamos novias. Estaban buenas, y especialmente la mía, era una calentorra en potencia. Ya me enteraría... Amigos, no tenéis ni idea cuan guarras pueden llegar a ser vuestras mujercitas.



Sí , sí... las que que te dicen "a mi estos rollos no me van", "yo no haría esto". Su manera de calentarse es distinta, hay que ser más sutil. Llegado el momento, caen como guarras que son (como todas).

Una noche, por fin de año, decidimos prepararlo todo (cena, luces,...) para acabar follando juntos, cada uno con la suya, en la misma cama. Ver como se la chupan a medio metro tuyo, como te llega el aliento de otra tía, y el olor a aceite de coco mezclado con sudor, o roces involuntarios (o no tan involutarios, hehehheh) es de un morbo y un calentamiento bestial.



Estuvimos un buen rato, y al final, de manera casual, nos corrimos los cuatro a la vez, haciendo tal escandalera que el vecino de abajo al día siguiente me lo reprochó (muerto de envidia) en el ascensor.

Lo siguiente que hicimos fue, mi novia y yo, follar en el asiento de atrás del coche de mi amigo y su novia. Volvíamos de Sitges, de Carnaval, y estábamos tan calientes que no pudimos aguantar hasta llegar a casa.



El tío conduciendo sin parar de mirar por el retrovisor, estirando el cuello. Su novia, de copiloto, masturbándose. Mi novia al principio no quería pero acabó saltando y gimiendo como una guarra. Le pusimos bueno el asiento del coche a mi amigo...

Por entonces yo quería más, así que lo siguiente fue hacer un trío con mi novia y mi amigo de piso. Un sábado que estaba solo, nos lo llevamos a cenar. Durante la cena mi novia, le daba al cava, y cuando hace eso se desata. Le planteamos hacer un trío en medio de la cena y aún recuerdo la cara de tonto que puso el tío. Para acabar de convencerlo mi novia le tocaba el paquete por debajo de la mesa, yo cornudo consentido, me fuí un momento al lavabo.



Luego me enteré que la muy guarra le había desabrochado el pantalón y trabajo tuvo para que no se enterara nadie. Del restaurante a casa en coche, mi novia se sentó detrás y mi amigo de copiloto, le volvió a tocar el paquete mientras me decía "tu mira por donde conduces, que de la polla de este me encargo yo", mientras se la pelaba. Tuvo que parar porque se iba a correr el cabronazo. En el ascensor igual, nos tocó la polla a los dos mientras me morreaba.

Nos duchamos y acto seguido empezó a chupárnosla a los dos, follar y lo demás, normalito, sin nada extraordinario. Buena corrida, yo primero. Luego mi amigo, a los 10 minutos de mí, tiempo que me pasé mirando como se follaba a mi novia, y la cara de guarra que ponía, mezcla de vergüenza mal disimulada y gusto.

Le cogió gustillo a la cosa y cada viernes por la tarde venía a vernos. Cuando llegaba tenía las bragas mojadas. Decía que se empezaba a calentar a medida que se acercaba, en el tren, de imaginárselo. Se frotaba con el bolso, ya que iba en falda corta.

Probamos una doble penetración. Ella no quería, pero la enculé con una facilidad que me sorprendió. Mi amigo debajo chupándole las tetas. Nos corrimos los dos a la vez, dentro de ella, por supuesto, y nos gustaba ver como le salía luego todo el semen, sentada a pie de la cama. Dormíamos un rato y pegábamos otro polvo los tres.

Pero lo que más le gustaba a la muy guarra, era tener las dos pollas a la vez en su coño. Le cabían de sobra, uno debajo, y el otro por detrás, como si fuera a encularla, pero por el coño también. Normalmente se la metía yo por detrás, de esta forma podía ver antes como la polla de mi amigo entraba en el coño de mi novia, así que se la metía a punto de reventar, cosa que tampoco tardaba mucho en suceder por lo que me excitaba el cuadro.



Al principio nos corríamos a la vez, dentro, pero luego por temor a embarazos, le cogió el gusto a que nos corriéramos en su boca. "No quiero que os corráis fuera, mancha y además me gusta notar como sale". Pues nada, primero uno y luego otro. Mantenía la leche en la boca y luego la dejaba caer en mi polla, mientras me la tocaba de arriba abajo.

Para hacerlo más interesante, al empezar nos la chupaba con los ojos vendados, sentada en el sofá, cada vez con un modelito distinto (lencería, disfraz de camarera, enfermera, ...) tenía que adivinar de quien era la polla (la teníamos casi iguales, de 17 cm).



Hasta que un día tocaron al timbre en esta fase. Abrí yo, mal disimulando mi erección bajo el albornoz e hice ver que no me interesaba lo que vendía. De hecho era un colega, le expliqué qué hacíamos, y tras dudar un momento lo agarré y lo puse frente a mi novia, se la chupó y la muy guarra se dió cuenta que había otro.



Se quitó la venda y dijo "qué cerdos sois, bueno ya puestos mejor tres que dos". Mientras mis dos amigos se la follaban por el coño, a mi me la chupaba, tardé poco en llenarle la boca de corrida. ¡Estaba calentísimo!. Así pude contemplar como mis dos amigos se la iban tirando delante mío. Se corrieron casi a la vez a los diez minutos.



Mi novia se sentó en la cama, con las piernas abiertas, a la vez que decía "¿ os ha gustado niños?", mientras sonreía maliciosamente, se pasaba la lengua por el labio y se tocaba la leche que le salía por el coño. ¡Qué guarra...! y luego dicen que "esos rollos no les van".

Cuando venía de visita sabíamos que acabaríamos en la cama los tres. Llegaba y se ponía en topless, o se metía en la ducha con mi amigo, o le tocaba el paquete delante mío mientras me decía "a mí, lo único que me interesa aquí es chupar pollas". Sabía que me gustaba la situación y buscaba el calentarme a base de insinuarse, tocar y preguntar guarrradas a mi amigo "¿qué, la tienes dura hoy?".

La novia de mi amigo se presentó un día en el piso, era domingo, yo empollando y mi amigo haciendo la mili. La tía venía al piso para estar un rato tranquila de su familia, escuchaba música y follaba con mi amigo, siempre con la puerta abierta, porque les daba morbo.



Luego la muy guarra, iba a la cocina, con una bata transparente que le marcaba los pezones. Yo que ya me había hecho una monumental paja mientras los oía, miraba de coincidir con ella en la cocina, para ver la cara que ponía. No decía casi nunca nada, ni falta que hacía, aquella cara con sonrisa maliciosa venía a decir "¿qué?, ¿te has hecho una buena paja?", con lo que tenía que hacerme otra.

Pero aquel domingo la cosa era distinta, se duchó con la puerta abierta, y se sentó en el comedor a ver la tele. Con su batín de infarto. Como no le hacía caso (mira que soy idiota), fué ella quien me invitó a ponerle crema hidratante en la espalda. Empecé por la espalda, continué por el culo, y tocándole la parte de las tetas que la postura permitía.



Se incorporó de golpe, cuando su calentura ya no le permitía estar más tumbada y me propinó un morreo mientras sus manos me bajaban el pantalón del chandal y el slip a la vez. El resto fue un polvo normal, con mamada incluida en la cama de mi amigo.



Posteriormente, tras volver y saber de su cornamenta (eso sí que son cuernos) hicimos un trío los tres, pero por desgracia mi amigo no era tan buen cornudo consentido como yo, por lo que la cosa acabó aquí.

Todo se acabó con el fin de los estudios. Curiosamente no hemos vuelto a hacer tríos, quizá por no encontrar la persona adecuada, o la situación. Ahora es mi mujer, follamos normalito, tirando a mal. Cuando le insinúo de hacer algo dice que ni hablar, pero estoy seguro que si llega la situación, saldrá la guarra que lleva dentro. Y en esas estoy, a ver si me da el gusto de seguir siendo un cornudo consentidor.

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