viernes, 12 de octubre de 2007

Mi novia me engañó

Son las 10 de la noche, ya estoy totálmente listo para salir de mi casa, he quedado con un amigo para ir a recogerle.

No me apetecía salir, estoy algo depre pero mi amigo Pablo me ha convencido para que salga, dice que me tengo que animar después del mal trago que he pasado. Lo que ocurrió fue que hace dos semanas me fui a pasar el fin de semana al pueblo de mis padres. Yo vivo en la ciudad en un pequeño piso alquilado, le comenté a mi novia que si le apetecía venirse conmigo pero me comentó que no, que prefería quedarse y así aprovechar el tiempo acabando cosas que tenía por terminar.

No vivimos juntos pero ella tiene llaves de mi casa y entra y sale cuando quiere. Pues ese viernes mientras hacía una pequeña maleta para irme al pueblo ella llegó, me comentó que se quedaba en el piso para estudiar más tranquila que en su casa, y que más tarde llegaría una amiga suya para estudiar con ella.

Acabé de hacer la maleta y viendo que aun era temprano me senté en el sofá junto a ella:

¿Te apetece tomar algo, María? – le pregunté.

Bueno, trae algo fresquito que tengo sed – me respondió.

La noté muy seria, pensé que sería la presión de los exámenes, fuí a la cocina y volví con dos refrescos. Me puse muy cerca de ella y le di su refresco. Dejé el mío en la mesa y mientras ella bebía le di unos besos por el hombro, me fui acercando a su escote dándole suaves besos, ella reaccionó y se separó de mí.

Tenemos que hablar – me dijo muy tajantemente.

Tranquila, después hablamos, ahora mismo relájate que te vendrá bien.

No Pablo, no, tenemos que hablar ahora.

Me recorrió un escalofrió por el cuerpo, presentía que algo malo iba a pasar.

¿Qué pasa?, ¿Te ocurre algo? – le pregunté asustado.

Mira Pablo, hace tiempo que vengo pensando que no estoy a gusto del todo, algo falla entre nosotros dos ....

No me digas eso María, seguro que es por la tensión de los exámenes... ¡pero si nos va de maravilla!.

La verdad que nuestra relación no era de película, pero mal tampoco iba, nos compenetrábamos bien y en cuanto al sexo no me podía quejar, no lo hacíamos todos los días, pero los fines de semana como se quedaba en mi casa teníamos buenas sesiones de sexo.

No Pablo, en serio, he pensado que este fin de semana ya que te vas al pueblo podríamos aprovechar para recapacitar como nos va – me dijo muy fríamente – lo siento, pero no quiero mentirte, tengo que aclararme.

Me quedé helado, no pude decir nada, me levanté del sofá, le di un beso en la mejilla, agarré mi maleta y me fuí del piso en busca de mi coche para irme a mi pueblo.

Conduje durante las dos horas que dura el trayecto pensando en ella, me tenía que aguantar las ganas de llamarla al móvil, pero me contuve, ella me había pedido estos dos días para recapacitar y pensé que sería mejor dárselos.

En el pueblo ese viernes por la noche no quise ni salir, mis amigos de allí me llamaron para salir pero no tenía ganas mi fuerzas para nada... Al día siguiente me levante temprano, no había podido dormir en toda la noche y a las 7 decidí volver a mi piso de la ciudad, ya no podía estar más tiempo dándole vueltas a la cabeza, tenía que hablar con María.

Llegué al piso sobre las 9 de la mañana y justo cuando estaba aparcando vi a Antonio salir del portal, (es un amigo de la facultad de María), me extrañó bastante, pensé que habría venido a dejarle o recoger apuntes de clase o algo, pero me pareció muy raro por lo temprano que era.

Subí al piso y mi corazón estaba que se salía.

Aunque tenía llaves, decidí llamar a la puerta, no quería entrar de improvisto, hace tiempo se quedó sola en mi piso un día que yo tenía que pasar el día fuera y volví antes de tiempo, entré sin avisar y me la encontré sentada en el sofá con los pantalones bajados. Con su braguitas a la altura de las rodillas y una de sus manos acariciándose la entrepierna mientras miraba una película porno en la televisión (la película era mía, pero ella no sabía que yo tenía eso, la encontró escudriñando por ahí).

Fue una situación chocante, aun llevábamos poco saliendo y aunque nuestra relación sexual era buena, hay cosas que son de cada uno, y la masturbación en solitario es una de esas cosas. Cuando me vio dio un salto y se tapó rápidamente, yo le pedí disculpas y ella no sabía que decir, la tranquilicé diciendo que no pasaba nada, que no se preocupase, pero ella se quedó muy apurada. Y desde ese día cuando volvía a casa y sabía que ella iba a estar allí llamaba antes de entrar...

Bueno, volvamos a donde me quedé, llamé a la puerta y escuché la voz de María que decía :

¿Qué se te ha olvidado ahora, Antonio? .. – y a los pocos segundo abrió la puerta.

Se quedó muda al verme, y yo también, de ropa llevaba simplemente una camiseta, sin nada debajo, ni braguitas ni sujetador. Entré al piso y ella empezó a balbucear :

No, .... no, .... no te esperaba tan pronto, que ... qué haces aquí?.

Nada – le contesté, - tenía muchas ganas de verte, y tú qué haces así?.

Es que.... – dudó un instante – me acabo de levantar.

Mira María, acabo de ver salir a Antonio del portal, o sea que venía de aquí del piso, y viendo como tu estás vestida me gustaría que me explicaras que ha pasado- le dije intentando controlarme lo mejor que podía.

No puedo mentirte, no tengo ni ganas ni fuerzas, estoy mal y prefiero que sepas toda la verdad- empezó a hablar ella.

Me contó que ayer cuando me fuí, al rato llegó su amiga Cristina, le dijo que había quedado con unos amigos, que no tenía ganas de estudiar y que prefería salir a tomar algo, por lo visto María decidió lo mismo, estaba mal por lo que habíamos hablado unas horas antes nosotros dos y pensó que le vendría bien un poco de entretenimiento.

Por lo visto salieron de copas, y ya sobre la 1 María quiso volverse a casa y amablemente Antonio se ofreció a llevarla. (Antonio es un chaval guapo y muy atento con las chicas según me había dicho María siempre).

Durante el camino empezaron a hablar de cómo les iba y María con ganas de desahogarse le contó lo que nos pasaba a nosotros, él empezó a consolarla y cuando llegaron a casa ella le ofreció una última copa en el piso, él como no, accedió....

María no quiso entrar en más detalles, empezó a llorar, y no se como, me salió un instinto primitivo que tenemos todos los hombres, y con un grito le dije que me contara todo lo que había pasado en el piso.

Ella me pidió por favor que lo dejara, que no tenía sentido que ya estaba todo hecho y que lo nuestro no tenía solución. Le insistí ....

Al final ella accedió, me contó todo a trozos y yo tenía que ir preguntándole, sacándoselo a base de gritos y malos modos ...

Me contó que se tomaron más de 4 copas en el piso y que él empezó con preguntas indiscretas, de que si no funcionábamos en el sexo, etc... ella entonces le pidió que se fuera que quería descansar y dormir. Él le dijo que vale que se iba un segundo al cuarto de baño y enseguida se iría. Ella aprovechó para ir al cuarto a cambiarse y ponerse cómoda, y cuando se estaba desnudando en el cuarto entro él de sopetón ....

Se quedó petrificada, Antonio estaba desnudo, con todo su miembro tieso.

¿Qué te pasa María?, ¿no es esto lo que querías cuando me has dicho lo de una última copa en el piso?- le dijo él.

No Antonio, no, por favor, estate quieto, vístete y vete, no quiero más líos de los que tengo.

Ni hablar, de aquí no se va nadie hasta que no dejemos el tema resuelto – contestó él mientras se reía y se acercaba a ella.

María intentó taparse, pero él le agarró la manos y la tiró sobre la cama, se echó encima de ella y mientras con su peso la tenía inmovilizada empezó a darle besos y lametones por el cuello. Ella se resistía pero él era mucho más fuerte.

Con sus piernas separó las de ella y con suaves movimientos mientras le agarraba las manos, empezó a rozarle con su miembro duro sus labios vaginales, ella ya sabía lo que iba a pasar era inevitable, un hombre así de excitado, ella desnuda a su merced, pero aun así decidió seguir resistiéndose, Antonio no le desagradaba pero hacer el amor así forzada no era de su agrado. Me reconoció que si igual él lo hubiese intentado de otra manera, hubiese estado más dispuesta.

El cuerpo de ella empezó a reaccionar, y mientras ella quería que todo pasase rápido su cuerpo se empezaba a preparar para ser invadido por una polla dura y con ganas de penetrarla hasta el fondo. Él le decía guarradas, le gritaba en el oído que se la iba a follar como nunca nadie lo había hecho, que iba a sentirle muy adentro... y vaya si lo sintió ...

Él se puso las piernas de ella sobre los hombros y con todo el camino abierto dirigió su polla hacia el coño de mi novia, la penetró rápidamente como un animal en celo, ella ya casi no se resistía, sabía que como estaba Antonio sería una cosa rápida, además no quería sufrir agresiones y como estaba de excitado Antonio no sabe lo que hubiera sido capaz de hacerle.

Ella se abrió un poco más de piernas para facilitar el trabajo, quería que todo acabase .... él al notar eso le dijo:

¿Qué pasa guarilla, te mola que te follen, eh?.

Por favor Antonio, no te corras dentro, no por favor, aaagggggggg – él empezó a penetrarla aun más fuerte, se ponía más excitado cada vez que ella le pedía que parase y le gritaba que no.

Ella aguantó las lagrimas e intentó pensar en otra cosa mientras él entraba y salía de su cuerpo esperando notar el chorro caliente de esperma dentro suya, notaba como en cada empujón él penetraba más y más, llegó a notar los huevos de él como le golpeaban el culo.

¡Córrete fuera mamón, no!!!!!!!!!!!!!!!!! Aaaaaaaahhhhhhhhh – él la había agarrado de la cintura y la había tirado hacia él con fuerza, haciendo que esa última penetración hubiese sido muy profunda, había llegado a sitios que nadie lo había hecho, le rozaba una parte de su interior que era totálmente virgen, ninguna polla había llegado tan lejos dentro de ella, le recorrió un escalofrió desde la base de su espalda hasta su cerebro ...... – para, córrete donde quieras, pero para por favor, que me puedes dejar embarazada por Dios – consiguió articular esas pocas palabras entre los empujones bestias que le daba Antonio llegando cada vez más adentro de ella.

Sin aviso, Antonio se salió de ella, se deslizó hacia arriba y puso su polla entre las tetas de María, mientras le gritaba :

Mira como me corro, mira ¡!!!!!!!!!!!! Ahhhhhhhhhhh – le decía esto mientras su polla desparramaba su semen entre las tetas de mi novia y algunas gotas le alcanzaban en la barbilla.

Cuando acabó de vaciarse encima de ella, María pensó que todo había terminado, pero él le dijo :

Tranquila que no te voy a dejar así, ya verás como hago que te corras como nunca.

Su coño se había lubricado un poco, pero ni mucho menos, pensó ella, voy a correrme en una situación así en la que me han forzado....

Él se deslizó otra vez hacia abajo, y comenzó a darle lengüetazos por las ingles, acercándose a su coño, ella le decía una y otra vez :

No, por favor, no, déjalo ya, no sabes lo que estás haciendo ............

Él siguió acercándose a su coño, justo cuando estaba a escasos milímetros le levantó las piernas y siguió más hacia abajo, llegó hasta al lado del culo y siguió haciéndole caricias con la lengua acercándose al agujero. Ella nunca había hecho nada parecido, y si no fuera por la situación seguro que hubiese sido algo increíble ...

Para ya, por favor, paraaaaaaaa!!!!!!!!! – seguía pidiéndole ella.

Él seguía sin hacerle caso y siguió jugando con su lengua en el culo de ella, después de unos minutos así, subió un poco para arriba y le dedicó las mismas caricias a sus labios vaginales, buscando con su lengua el preciado tesoro, el clítoris ......

María ya no sabía que hacer, no quería, le gustaba lo que le estaba haciendo, pero no quería ..... empezó a llorar, ya no podía más, lloraba y gritaba, estaba en la peor situación de su vida.. y estaba apunto de correrse con la lengua de un amigo en la cama del piso de su novio.........

Algo reaccionó en la cabeza de Antonio mientras María alcanzaba su orgasmo, ella intentó disimularlo, se agarró a las sábanas con una mano y con la otra se tapó la boca para no gritar, no quería que él se diera cuenta, se sentía mal, sucia, ...., Antonio se incorporó, mira la situación y comenzó a darse cuenta de lo que había pasado, se quedó unos minutos callado, al final solo pudo balbucear :

María, ... yo, .... lo siento, ...no se que me ha pasado ..... es que ..... lo siento, de verdad, lo siento ...

María comenzó a llorar, él se levantó, se vistió y se fue hacia el salón y se quedo allí sentado, mudo y pensando lo que había hecho.

Casi a las media hora salió María, simplemente con la camiseta puesta, parecía que ya estaba mejor ...

Antonio, vamos a dejar una cosa clara, esto no volverá a pasar, tranquilo que no voy a hacer nada, pero que sepas que esto ha sido una auténtica locura.

Lo siento María, no se que me ha pasado – dijo él sin casi voz.

Se quedaron un buen rato allí los dos sentados sin hablarse, solo pensando lo que había pasado, él rompió el silencio y se atrevió a preguntar si la podía ayudar en algo, que si pasaba algo él no se iba a esconder...

Ella le tranquilizó:

No pasa nada, y si tienes miedo de que me quede embarazada tenías que haberlo pensado antes, mamón, pero bueno ahora ya está hecho. – María había conseguido recobrar el dominio de sí misma y lo más importante de la situación.

Ahora lo mejor Antonio será que te marches ya, quiero estar sola ..... – le dijo con voz autoritaria.

Y ahí acabo la historia, cuando se fue Antonio fue cuando llegué yo..... estaba totálmente excitado y rabioso, tenía la polla enormemente dura, parecía que me iba a romper el pantalón, necesitaba desahogarme .....

Después de contarme todo, María me miraba, notaba mi rabia, pero también lo que me estaba pasando y sobre todo notaba mi bulto en el pantalón.....

Tienes toda la razón del mundo para odiarme, ahora mismo recogeré mis cosas y me marcho y no volverás a verme más- María parecía a punto de llorar mientras me decía eso.

Le dije que sería lo mejor para los dos, aunque en mi interior solo pensaba en levantarme, agarrarla y follármela todas la veces posible obligándole a hacer de todo, humillándola, corriéndome sobre ella, sodomizándola, y devolverle todo el dolor que me había causado..... mientras ella imploraba clemencia y yo le preguntaba si mi polla le daba más placer a la vez que le partía ese maravilloso coño y culito que posee María.

A los cinco minutos ya había recogido todo y se marchó....

Justo cuando había salido sonó mi móvil, me extrañó por que era sábado y serían las 11 de la mañana o así, pensé que ningún amigo mío se habría levantado tan temprano un sábado después de salir el viernes por la noche........

Cogí el teléfono, sin mucha gana.

¿Sí?. ¿Quien es? – pregunté.

Holaaaaaaaa!!!!!!!!! – gritó una voz encantadora de chica.

¿Si?, ¿quien eres?- volví a preguntar más intrigado, sin reconocer la voz.

¿No sabes quien soy?, hay que ver, que pronto olvidáis los tíos cosas como la voz, pero bien que no olvidáis un buen culo o tetas.

¡Hay Dios mío!– exclamé, ya sabía quien era, solo conocía una persona en este mundo capaz de ser tan directa y tener tanta alegría....

¿Cómo te va, Tania?, no se nada de tí desde el día de la discoteca, "desapareciste" con el amigo de tu amiga en los cuartos de baño, ¿no? – le contesté intentado ser irónico.

Jajajajaja, muy bueno, ya te contaré, ya, fue una noche un poco descontrolada, bueno vamos a lo importante, ¿qué haces esta noche?, celebro una fiesta en mi piso y había pensado en tí .......

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