viernes, 12 de octubre de 2007

Infidelidad provocada

Llevo 7 años casado con Mónica. Nos conocimos muy jóvenes, ella tendría 18 años y yo 19. Ahora yo tengo 31 y ella 30. Nuestros noviazgo fue divertido y nuestros primeros años de matrimonio también.

Follábamos unas 3 ó 4 veces a la semana y disfrutábamos de nuestras relaciones. Pero al tercer año de casados, a mi me apetecía algo mas en materia sexual y empecé poco a poco a introducir las fantasías sexuales en nuestras folladas. Ella las aceptaba poco a poco y cada vez le gustaban mas.

Fantaseábamos con hacer nudismo, veíamos revistas porno, alguna película, etc. Como todo, cada vez queríamos mas y cada vez nos gustaba mas. Al cabo del tiempo me di cuenta que la fantasía que mas me gustaba era imaginarme a Mónica follando con otro hombre.

Cada vez que follábamos, nos imaginábamos que la follaba otro y yo miraba, o que la follabamos entre varios, o que íbamos a un local de intercambio, etc.

A mi empezó a metérseme en la cabeza llevar nuestra fantasía a la realidad. Empecé a pedirle que me contara cosas de sus relaciones anteriores. Ella cada vez le gustaba mas, y me contaba con pelos y señales sus relaciones con Alfonso, el hombre que la desvirgó y del que guarda sus mejores recuerdos.

Cada vez que follábamos me hablaba de cómo la follába Alfonso y de lo mucho que le gustaría volver a follar con el y que yo lo viera. Alfonso, que fue el que la desvirgó a los 17 años, se ha tirado a mi mujer de todas las maneras habidas, y ya cuando salía con ella era amigo mío.

Cuando rompieron, mi mujer tuvo otros novios y dejaron de verse. Yo también dejé de verle porque se fue a estudiar fuera de España. Pero aunque parezca increíble, cada vez me ponía mas cachondo imaginarme a mi mujer otra vez follada por Alfonso.

Cada vez que follábamos, yo insistía en que tenía que volver a follarselo y que seguro que el estaría encantado de hacerlo. Para ella no sería difícil, pues ya se ha acostado con el miles de veces a si que yo insistía en que se lo follara para mi.

Ella cada vez estaba mas convencida, me decía que si, que se moría de ganas de follar con el y que yo la viera. Aunque yo dudaba de si era solo fruto de las fantasías, y luego no lo haría, quise creérmelo y me puse manos a la obra para hacer realidad mi fantasía.

Empecé a investigar para ver donde estaba viviendo el ahora y me enteré de que terminados sus estudios en el extranjero, estaba otra vez en Madrid.

No sabía muy bien como hacerlo y conseguí enterarme a través de amigos comunes saber por donde salía. Preparé a Mónica y le dije que quería que se pusiera muy sexi que esa noche teníamos que pasarlo bien y tenía que ser una noche loca.

Fuimos a la discoteca y nos encontramos con Alfonso. Mi mujer que no sabía que se encontraría con el, al principio se puso muy roja, pero según me comentó luego, enseguida empezó a chorrear por el coño, pues estaba ahí conmigo, y con el tío que la desvirgó y objeto de nuestras fantasías.

Yo le saludé muy efusivamente y como pronto me empalmé por la situación, me fui a pedir unas copas. Sin que Alfonso me viera, guiñé el ojo a Mónica y ella me sonrrió con cara de complicidad. Me mantuve alejado pero sin perderles de vista y estaba con el corazón a mil y la polla a punto de estallar.

La verdad es que tenía sentimientos encontrados, no me podía creer que yo estaba provocando que mi mujer se acostara con su ex, pero me ponía tan cachondo, que seguí adelante.

Coquetearon bastante y esa noche sirvió para romper el hielo y que mi mujer se diera cuenta de que era capaz de hacerlo y que además lo deseaba. Follamos como nunca y tuvimos el mejor orgasmo de la historia viendo tan cerca la posibilidad de cumplir nuestra fantasía.

A la semana siguiente, llamó Mónica a Alfonso para quedar a cenar los tres y aceptó muy gustoso. Mónica se puso como nunca la había visto, sin sujetador, sin bragas y con una minifalda que quitaba el hipo. Durante la cena, no paró de coquetear con Alfonso y yo me estaba poniendo a cien, pero trataba de darle naturalidad a la situación.

Me levanté para ir al lavabo y así dejarles a ver si surgía algo. Semiescondido, pude ver como Mónica se acercó mucho a el y le dio un beso en los labios mientras le tocaba por debajo de la mesa los huevos. El se quedó un poco sorprendido pero le devolvió el tocamiento y le metió mano entre las piernas y se percató de que Mónica iba sin bragas. Se puso como una moto.

Cuando volví hice como si no supiera nada. Pensé que la primera vez sería mas fácil si les dejaba a ellos solos y dije que estaba cansado, que me iba a casa, pero que si ellos querían ir a otro sitio, que fueran, que yo no podía mas. Por supuesto dijeron que irían a tomar una copa.

Al despedirme de mi mujer le dije al oído que la esperaría ansioso y que esperaba que me diera una sorpresa y me hiciera cumplir mi sueño, que era follármela sobre follado. Al despedirme de Alfonso le dije que me la cuidara y que hiciera que se lo pasara muy bien.

Me fui a casa y estuve esperando como un desesperado. Me subía por las paredes, estaba mas cachondo que nunca, pero no hacía mas que pensar en que Mónica mi mujer, en ese momento estaría follando con otro, me estaría poniendo los cuernos y además provocado por mi. Cuando oí llegar a Mónica la vi con una sonrisa de oreja a oreja que me decía que había pasado algo gordo.

La besé con todas mis ganas y ya empecé a sentir como el corazón me estallaba, pues su boca olía a polla como nunca. La desnudé a toda prisa y le dije que me contara con todo detalle lo que había hecho. Lo primero que quise ver, pues no aguantaba mas, fue su coño, quería ver si estaba recién follado y en cuanto me acerqué, pude comprobar que estaba lleno de esperma y que olía a polla.

Le metí la polla hasta el fondo y empecé a follarme a Mónica como nunca. Jamás me imaginé que me gustaría tanto estar en esa situación, follandomela sabiendo y sintiendo que se la acababa de follar otro. Sentir como tenía el coño lleno de esperma y oler su boca a polla, hizo que me corriera enseguida y tuviera el orgasmo mas impresionante, largo y placentero de mi vida. Nada mas correrme, le dije que quería que me lo contara todo y ella me lo contó así:

“Cuando te has ido, nos hemos montado en su coche y nada mas subirnos, nos hemos besado como locos, nos hemos metido mano, nos hemos acariciado y nos hemos sobado durante 15 minutos. Luego Alfonso, a arrancado y me ha llevado a su casa, me ha desnudado nada mas entrar y a empezado a chuparme el coño con todas sus ganas. Nos hemos acostado en su cama y hemos hecho todo lo que ya habiamos hecho hace 12 años y que tantas veces te he contado con todo detalle. Me ha chupado el coño, le he chupado la polla hasta que se ha corrido en mi boca, me a hecho de todo y le he pedido que lo último fuera que me follara y se corriera dentro de mi, que quería llegar a casa recién follada para que tu vieras como tenía el coño de esperma. Se a sorprendido cuando le he dicho eso, pero yo le he dicho que a ti te gustaría verme follar con el y que la próxima vez lo haremos contigo delante. Le ha encantado la idea y se muere de ganas de que veas como se folla a tu mujer en tus narices.”

Por supuesto yo volví a empalmarme y volví a follarme a Mónica mientras me contaba todo. Fue la noche de sexo mas impresionante de mi vida hasta ese momento. No solo no me arrepentía de nada sinó que quería volver a repetir la experiencia de que Alfonso se follara a mi mujer, pero esta vez yo también estaría.

No pasó mucho tiempo, pues a la semana siguiente fue Alfonso el que llamó a Mónica y esta le invitó a casa a cenar. Cuando llegó, yo le abrí la puerta y me saludó con una sonrisita preguntandome si Mónica lo había pasado bien la otra noche. Le contesté que lo pasó fenomenal pero que esperaba que esa noche lo pasara mejor. Cenamos y ya durante la cena Mónica empezó a meterle mano a Alfonso. No pudimos terminar, pues se levantó y le morreó con muchísima pasión.

Nos pusimos en el sofá y la desnudamos entre los dos. Nos desnudamos nosotros y no paramos de acariciarla y besarla hasta que le dije a Alfonso que le metiera la polla en la boca, que me moría de ganas de ver a mi mujer comiéndole la polla. Mónica se la chupó y se la metía hasta el fondo de la garganta. Yo no me creía que me gustara tanto ver a mi mujer comiéndose otra polla y pensé que era el momento de verla follar.

La abrí de piernas y le dije a Alfonso:” ¡fóllatela, fóllatela como nunca te la has follado, quiero ver lo que tantas veces has hecho con mi mujer! Le metió la polla hasta el fondo y empezó a follarsela. Yo estaba en la gloria, disfrutando de cada segundo, viendo como se hacía realidad mi fantasía y por fin viendo con mis propios ojos, lo que tantas veces me había contado Mónica.

La polla de Alfonso entraba y salía hasta que llegó al orgasmo y se corrió en el coño de Mónica. Rápidamente para que no se saliera nada, le metí mi polla y me puse a follar a Mónica con el coño chorreando de la corrida de Alfonso. Ella mientras, le chupaba la polla a Alfonso para limpiársela.

Aquella noche sentí algo que desconocía que se pudiera sentir, fue lo mas impresionante que me podía imaginar, ver a mi mujer follada por Alfonso, ver como le comía la polla, follarmela con el esperma de Alfonso dentro de su coño, sentirme cornudo, miles y miles de cosas a la vez que nunca olvidaré.

Desde entonces nuestra vida sexual es mas activa que nunca y disfrutamos muchísimo.

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