viernes, 12 de octubre de 2007

Gema y Daniel en Barcelona

Llevábamos cuatro horas de viaje, quedaba menos de la mitad del trayecto para llegar a Barcelona, nuestro destino, allí actuaba el grupo preferido de Gema, mi novia, y yo le había prometido que iríamos a verlos si venían a España. Como ella no tiene carné (había cumplido los dieciocho el mes anterior), tuve que comerme yo los 500 kilómetros que separaban nuestro pueblo del lugar del concierto, menos mal que no empezaba hasta las diez de la noche y así podía echarme un rato a descansar en la habitación que teníamos reservada en un hostal.

Mi nombre es Daniel, tengo 20 años y estoy muy enamorado de Gema, para mí es la chica perfecta, sin duda alguna, tanto por su personalidad como por su físico. El único aspecto negativo es que tiene mucho carácter, y a veces cuando está enfadada se pone realmente desagradable e insoportable, pero salvo este detalle es una persona encantadora, apasionada en el amor y en el sexo y muy educada, respetuosa y amable con los demás. Mis padres también están muy ilusionados con ella, tienen un trato excelente y además de vez en cuando salen de marcha con sus padres que por cierto son bellísimas personas y se portan conmigo maravillosamente.

Sus ojos son verdes, preciosos, con forma un poco achinada (esto concretamente fue lo que me sedujo), tiene el pelo largo (hasta la mitad de la espalda) color castaño aunque teñido de rubio, muy lacio y suave. Es delgada pero no en exceso, con un culo prieto y firme, bien modelado, pechos no muy grandes pero bien puestos y erguidos, con pezones relativamente grandes para el tamaño de sus tetas. Aún no vivimos juntos aunque tenemos pensamiento de hacerlo, claro que con mi sueldo de mierda (700 € al mes) tardaremos años en poder conseguirlo.

La cuestión es que llegamos más tarde de lo previsto, el acceso a la ciudad condal estaba saturado de vehículos, estuvimos en caravana cerca de hora y media. Nuestra misión era encontrar pronto el hostal, yo estaba reventado, tenía las piernas engarrotadas (sólo hicimos una parada durante el viaje), deseaba tumbarme en la cama y relajarme a fondo. Gema conocía un poco Barcelona porque había vivido allí de pequeña, así que, con un poco de suerte además, localizamos el hostal y buscamos un parking para el coche.

Nada más llegar a la habitación nos metimos de cabeza en la ducha y comenzamos a enjabonarnos mutuamente la espalda, yo tenía la polla pegada a su coño y del roce con sus pelitos comencé a empalmarme, al darse cuenta ella me cogió la polla y empezó a masturbarme mientras suavemente pasaba la esponja por mi cuello y espalda. A los pocos segundos le puse una mano en el culo y empecé a magrearla, a la vez con la otra mano le sobaba las tetas pasando de una a la otra alternativamente, me paraba en los pezones y se los acariciaba con ternura. Gema comenzó a acelerar el ritmo de su mano y me miró a los ojos con cara de puta, yo sabía que lo que me estaba dando a entender es que necesitaba mi polla dentro, deseaba que la follase de una vez y la dejase satisfecha.

Acto seguido me senté y ella se puso encima, comenzó a follarme moviéndose muy despacio al principio, lentamente, aumentando el ritmo progresivamente hasta ponerse a botar como una loca y a gemir como una desesperada, pidiéndome a gritos que le reventara el coño y que no la sacase hasta que me corriera dentro. Su exaltación era tal que incluso me tiraba del pelo con fuerza y me mordía los labios salvajemente haciéndome una pequeña herida en el superior, aunque claro a mí todo esto me ponía más caliente aún, así que no pude aguantar más, le agarré los pechos con fuerza y me corrí dentro de ella.

Salimos de la ducha, Gema se hizo un canuto mientras yo llamaba por teléfono a mis padres para decirles que habíamos llegado perfectamente, luego ella hizo lo mismo. Nos tumbamos en la cama y encendimos el porro, nos lo fumamos tranquilamente y como estábamos cansados del viaje (sobre todo yo) nos quedamos dormidos en menos de 15 minutos.

Como os comenté al principio de la historia, el concierto comenzaba a las diez de la noche, cuando nos dormimos en el hostal debían ser alrededor de las siete y media, y cometimos un grave error, ya que ni Gema ni yo caímos en poner un despertador, creo que ya os estáis imaginando lo que ocurrió. Sí, la habíamos cagado, vaya fallo, cuando ella me despertó eran ¡más de las doce!, Gema estaba enfurecida, no paraba de gritar y encima parecía como si la culpa fuese sólo mía, como si la obligación de poner el despertador hubiese sido exclusivamente mía.

O sea que encima de pegarme seis horas al volante para ir a ver tocar a unos desgraciados que en absoluto me gustaban ahora tenía que soportar a Gema que estaba de un humor de perros, me hablaba mal e incluso se encerró diez minutos en el servicio sin decirme palabra. Después de meditar durante unos minutos, le dije que se vistiese y que lo mejor era probar suerte e ir rápidamente al lugar del concierto por si acaso había empezado más tarde, y así aún podríamos ver parte de la actuación, mejor era eso que quedarnos en el puto hostal toda la noche. De mala gana aceptó, así que nos vestimos rápidamente y pillamos un taxi. Ella apenas me dirigía la palabra.

Me jode muchísimo esa actitud tan inmadura, no era la primera vez que me lo hacía, siempre me ponía a mí de culpable cuando ocurría algo que nos afectaba.

La cabrona tuvo el "bonito detalle" de sentarse junto al taxista dejándome en el asiento de atrás, solo, como si fuese un idiota. Durante el trayecto ellos iban hablando, Gema ni siquiera me invitó a entrar en conversación, y mucho menos lo hizo el taxista, bastante tenía con mirarle las piernas y los pechos a mi novia cada vez que podía. Se había puesto el sujetador con wonderbra, además llevaba un top bastante pequeño (tipo sport) , por lo que enseñaba buena parte de sus tetas.

La minifalda que eligió era de las más cortas y pegadas que tenía, con una raja en la parte izquierda que casi dejaba ver los cachetes del culo cuando se sentaba. Llevaba unas botas altas (le llegaban un poco más arriba de las rodillas), de color blanco, eran las que más me gustaban, la hacían súper sexy, aunque también demasiado provocativa. No me gusta que parezca una puta, pues soy un poquitín celoso, pero en el fondo me encanta verla así, aunque esto conlleve tener que soportar miradas hacia ella por parte de otros tíos. Ya sabéis a lo que me refiero los que tenéis novia o esposa.

Le pregunté al taxista que cuánto faltaba para llegar (era la primera vez que yo hablaba desde que nos montamos), él me respondió que en unos 20 minutos. Con las prisas se me olvidó el tabaco en la habitación así que le comenté que parase si veía una gasolinera o bar, él me dijo que Ok, que a 500 metros había un establecimiento 24 h que disponía de máquina de tabaco. Menos mal porque yo me encontraba muy nervioso, no sólo por lo del concierto sino porque desde hacía un rato mi novia y aquel tío no paraban de contarse cosas y reírse, era increíble, no parecía que fuésemos pareja, parecía como si Gema fuera sólo mi amiga y estuviera tonteando con un menda delante mío.

Cada vez el taxista miraba a Gema con más descaro, no sé qué coño le estaría contando pero él cada vez que podía le daba un repaso visual desde las tetas hasta las piernas, lo curioso además era que ella había bajado el tono de voz de sus palabras, o sea yo apenas escuchaba lo que decía, ¡hablaba dirigiéndose sólo a él, y yo, su novio, atrás como un subnormal sin abrir la boca y totalmente ignorado!.

Estaba deseando llegar, ya me daba igual que el concierto hubiese terminado, lo que no podía era estar más tiempo soportando esa situación. De repente, me pareció escuchar decir al taxista: "Verás como lo pasamos de puta madre!". Debido a que lo dijo en un volumen muy bajo yo no quise reaccionar, realmente no estaba 100 % seguro de que esas hubiesen sido sus palabras, así que opté por no encararme con él, no quería meter la pata.

De lo que sí estoy totalmente seguro es de lo que, pasados unos minutos, escuché de boca de mi esposa: "¿Y qué hacemos con MI AMIGO?". Me quedé paralizado ante sus palabras, ¿amigo?, ¡claramente se estaba refiriendo a mí!. ¿Qué coño pretendía la muy zorra?. Y lo más importante, ¿cómo se suponía que debía reaccionar yo?.

Dudé por unos segundos en decirle a aquel tipo (se llamaba Sergio, según escuché) que parase el taxi para bajarme e irme al hostal, era casi una cuestión de honor. Pero por otra parte tenía curiosidad de saber hasta dónde estaba dispuesta a llegar Gema, así que no articulé palabra y seguí observando y escuchando.

Acto seguido y cogiéndome de sorpresa mi novia miró hacia atrás y me dijo: "Dani, mejor pasamos de lo del concierto y nos vamos a una discoteca con Sergio, dice que el concierto empezó a su hora y que hace un rato que acabó, y ya que estamos en Barcelona hay que aprovechar la ocasión y divertirse al máximo, ¿qué opinas?". Yo la verdad no supe qué decirle, simplemente asentí con la cabeza, si le decía que no seguro que me formaba la grande, y la verdad no tenía ningunas ganas de volver a discutir. Pero tampoco tenía ganas de verla enrollarse con un tío, la verdad, y según se habían desarrollado los acontecimientos eso era lo más probable, porque hacía un rato que habían pasado de las palabras a los toqueteos y ya la mano derecha de Sergio reposaba sobre el muslo izquierdo de mi novia, sin disimulo alguno. Pero claro, ¿para qué iba a disimular el chaval?, él realmente no sabía que éramos pareja.

Llegamos a la disco, nos bajamos del coche y nos dirigimos a la entrada, Gema caminaba delante nuestra y mientras Sergio y yo intercambiábamos nuestras primeras palabras. A la vez que íbamos andando y hablando notaba como él no apartaba la vista de su culo, que se marcaba perfectamente en la minifalda. Realmente Sergio era un tipo simpático, debía tener unos 25 años y se notaba que iba al gimnasio, moreno con el pelo rapado y algo más alto que yo. Mi novia se acercó a la barra a pedir las bebidas, en ese momento un tipo marroquí se acercó a Sergio y ambos se dieron la mano y se saludaron efusivamente.

Aproveché y antes que viniese Gema me dirigí al servicio para orinar, mientras tanto no paraba de darle vueltas a la cabeza, no me quise demorar mucho dadas las circunstancias y rápidamente regresé a donde estábamos llevándome la sorpresa de que Sergio y su amigo no estaban y a ella tampoco la veía. Comencé a buscarlos, seguramente se habían puesto en otro lado, sin embargo pasaron diez minutos y no los había localizado.

Empezaron a entrarme sudores, en mi mente veía a Sergio besando a Gema y metiéndole mano, intenté tranquilizarme pidiendo otro whisky y acto seguido me salí a la calle y me hice un porro mientras meditaba sobre lo sucedido. Miré el reloj, eran cerca de las 2, hacía más de media hora que había perdido de vista a mi novia, estaba desesperado. Un detalle importante llamó mi atención: el taxi de Sergio seguía aparcado allí, no había reparado antes en ello, esto me alivió relativamente.

Apuré el canuto y le di las últimas caladas, me dispuse a entrar otra vez cuando de repente me pareció ver una silueta dentro del taxi. Me fijé bien y me acerqué poco a poco, efectivamente había alguien en el asiento de atrás, sin duda. Seguí acercándome y distinguí más de una persona entre las cuales estaba ella, mi novia. A su lado estaba Sergio, yo ya me encontraba a escasos metros, los veía perfectamente, lo que no sabía aún era lo que realmente estaban haciendo, bueno, me lo imaginaba pero no me lo quería creer. Aceleré el paso y lo que observé a través de la ventana me dejó estupefacto: Mi novia estaba sentada en medio de Sergio y del chico marroquí, ambos le estaban metiendo mano y tenía la falda completamente subida. El marroquí le estaba acariciando el coño por encima del tanga a la vez que con la otra mano le magreaba la teta derecha, al mismo tiempo ella masturbaba a Sergio y a la vez se besaban apasionadamente.

Yo estaba que me subía por las paredes, era una situación de humillación total hacia mi persona, nunca pensé que Gema pudiese llegar a esos extremos además sin venir a cuento. Me sentía un imbécil total, además no sabía cómo coño actuar porque estaba claro que no me podía encarar con esos dos tipos. Seguí observando, ¿qué otra cosa podía hacer?, mi novia parecía una auténtica zorra, su pezón derecho era lamido por el marroquí y su teta izquierda aún permanecía dentro del top, además acercó su mano derecha y comenzó a acariciarle el paquete por encima, mientras tanto seguía pajeando al taxista con la otra mano.

Debo recalcar que físicamente los tipos estaban muy bien, Sergio era un poco más corpulento que Hassan (así se llamaba el marroquí) además el tamaño de su miembro era descomunal, debía medirle por lo menos 21 o 22 centímetros, curiosamente tenía la polla y los huevos depilados. A Hassan aún no le había visto el rabo pero no tardaría mucho ya que en unos instantes ella le desabrochó el pantalón y se lo sacó.

Hassan seguía masajeándole el coño y le apartó el tanguita dejando al descubierto su chochito, luego comenzó a pajearla introduciéndole un dedo y posteriormente dos e incluso tres, entonces mi cuerpo fue invadido por una extraña sensación, la indignación que sentía fue transformándose en una especie de excitación, nunca había visto en directo a una tía con dos hombres, y os debo de confesar que una fantasía que tenía desde muy joven era observar como una pareja hacía el amor mientras yo me masturbaba junto a ellos sin participar y en el momento de la eyaculación acercarme y correrme sobre la chica. Sin embargo nunca me había imaginado a mi chica con dos hombres y, en confianza, estaba descubriendo en esos momentos que no me desagradaba del todo.

Sergio se dispuso a quitarle el top para dejarle los pechos completamente al aire pero Hassan le comentó que mejor le sacase la teta izquierda por encima sin quitárselo, que así quedaba más sexy. Los cabrones se lo estaban pasando en grande, ni siquiera se habían percatado de que yo estaba fuera contemplándolos.

Ahora era Hassan el que la morreaba, mientras, Sergio aprovechó para quitarse los pantalones y los calzoncillos, de repente y cogiéndome de sorpresa se puso a llover de forma exagerada, no podía quedarme allí fuera o se me calarían hasta los huesos así que decidí entrar y me senté en el asiento del conductor. Cuando miré hacia atrás vi que Hassan estaba colocando a mi novia encima de Sergio, la agarraba por los hombros y la ayudaba a acomodarse sobre la enorme tranca que en breve la follaría hasta reventarla. Ella estaba sentada mirando hacia alante y dándole la espalda a Sergio, él la sujetó por las caderas y comenzaron el mete-saca.

Hassan también se desvistió por completo y empezó a cascársela mientras con la mano izquierda le sobaba las tetas a Gema, yo seguía alucinando con lo que estaba sucediendo, realmente había pasado de un estado de mosqueo y enfado a un estado de curiosidad y, por qué no admitirlo, de excitación. Porque lo que estaba presenciando era, sinceramente, digno de película porno, con la salvedad de que, en este caso, la protagonista era mi propia novia. Sus tetas eran lamidas por Hassan con devoción, a su vez Sergio penetrándola aunque en estos momentos era ella la que prácticamente se lo follaba a él.

Gema inclinaba la cabeza hacia atrás, cerraba los ojos y gemía y suspiraba, yo sabía con certeza que estaba disfrutando más que una perra, la verdad es que ponía una cara de gusto que al verla me dio un morbo tremendo, incluso empecé a empalmarme con la visión de sus tetas botando y la lengua del marroquí recorriendo su cuello, su oreja, sus labios.

Una cosa que empezó a mosquearme era el hecho de que alguien viese lo que estaba sucediendo, pues no paraban de salir y entrar coches en el parking, así que giré la llave de contacto y arranqué el vehículo, como ellos estaban a lo suyo ni siquiera me preguntaron el motivo de marcharnos, ellos seguían a lo suyo y por supuesto yo, dado el cariz que había tomado la situación, preferí no intervenir en la situación y no les dije nada y seguía conduciendo mientras escuchaba a Gema gritar de placer y el ruido que propinaban los cachetes de su culo al chocar con las caderas de Sergio, el ritmo de la follada era tremendo.

A través del espejo retrovisor veía las manos del taxista agarrando con firmeza las tetas de mi novia desde atrás, también podía observar a Hassán pajearse y morrearla de vez en cuando a la vez que le decía a Sergio a gritos que se la follara bien, que era una puta y que debía ser follada como tal. Habíamos salido ya del centro de Barcelona y nos encontrábamos en una carretera secundaria, hubo un momento en el que escuché al marroquí diciendo que se iba a correr y puso la polla a la altura de las tetas de mi novia. Soltó tanta cantidad de esperma que al quedarme yo tan flipado por poco nos salimos de la carretera, ahora ella gemía mucho más fuerte, se notaba que el hecho de que Hassan se corriera sobre sus pechos mientras Sergio la follaba la habían puesto al borde del éxtasis. El cabrón de Sergio aún no se había corrido, vaya tipo, tenía un aguante increíble.

Vi como una especie de fábrica abandonada y entré con el coche hasta situarnos detrás de un muro de hormigón, desde allí permanecíamos ocultos a los posibles coches que pasaran y por lo menos teníamos la seguridad de que absolutamente nadie nos vería. Nada más llegar salieron los tres del coche rápidamente y como Sergio no se había corrido aún se puso de rodillas en el suelo y se metió su enorme polla en la boca succionándola con pasión, recorriendo lentamente desde los huevos al capullo y acelerando el ritmo a la vez que se la metía completamente dentro, casi hasta la garganta.

Observé la cara de Sergio y el chaval tenía los ojos cerrados a la vez que con las manos sujetaba la cabeza de mi novia, sentía como la lengua de mi novia se movía con mayor rapidez cada vez y cuando ella notó que se iba a correr le acarició los cojones con la otra mano y sacó bien la lengua para que depositara en ella toda la cantidad de leche posible.

El tipo soltó gran cantidad de leche que no sólo cayó sobre la lengua de Gema sino que también le manchó un poco el pelo y el cuello. Ella volvió a meterse el rabo en la boca y se lo dejó totalmente limpio, a la vez que se metía varios dedos en el coño y miraba a Sergio fijamente a los ojos con una sonrisa maliciosa dando a entender que ella no se conformaba con cualquier cosa y que necesitaba mucha más marcha. Yo seguía al margen de todo, no me hacían ni puto caso y miraba con resignación a Hassán masturbándose mi novia ayudaba al taxista a ponerse a tono otra vez. Le metía la lengua en el culo y le masajeaba las ingles y los cojones a la vez que el marroquí se acercaba poco a poco a ellos.

La polla de Sergio estaba otra vez dura como una estaca, fruto de los lametazos que mi novia le proporcionaba en el interior de su ano. De repente vi como ella me miraba a los ojos, con cara de chica buena pero a la vez de puta viciosa, como dándome a entender que por favor la dejase disfrutar y que luego hablaría conmigo y me daría explicaciones. ¿Explicaciones para qué? (pensaba yo), sinceramente lo hecho, hecho está y si ella se estaba comportando como una guarra ninfómana no habría explicación que pudiese borrar de mi mente lo que estaba sucediendo allí, ver a mi novia follando con dos tíos que había conocido esa misma noche y encima en mi presencia, sin cortarse un pelo, gimiendo de placer y pidiendo a gritos que le taladraran el coño sin cesar.

Le quitaron el top por completo y la pusieron a cuatro patas, Sergio se puso delante y la folló por la boca con frenesí, viendo como su colega se la estaba metiendo en el coño por atrás. Cómo chupaba la tía, era increíble, parecía una actriz porno y no exagero, y que yo sepa sólo tuvo una relación con un chico antes de estar conmigo, y parecía como si se hubiese comido más pollas que Jill Kelly, una conocida actriz de cine porno.

De nuevo comenzó a llover, esto acrecentó la excitación y el morbo ya que el agua de la lluvia caía sobre sus cuerpos y ellos seguían cada vez más calientes y Sergio aceleró tanto la fuerza de sus embestidas que Gema se tuvo que sacar el miembro de Hassan de la boca porque hasta casi le faltaba oxigeno para respirar de lo cachonda y salida que estaba.

El agua se deslizaba por sus cuerpos, tenían el cabello chorreando y la luz de la luna sobre la silueta de los chicos me permitía ver sus músculos muy marcados mientras se turnaban y se la follaban por el coño y por la boca. Confieso que a esas alturas yo estaba muy pero que muy excitado, sin dudarlo mucho me la saqué y comencé a hacerme un pajote. Porque claro, mi única opción era esa, o sea intentar sacar algún disfrute de la situación, aunque esta fuese, curiosamente, el contemplar a la chica que amaba follando con dos desconocidos.

Cuando los chicos se dieron cuenta de lo que yo hacía se miraron y se sonrieron mutuamente, mi novia también me miró a la vez que Sergio le metía hasta los cojones y le agarraba las tetas que colgaban de su cuerpo y bailaban al ritmo de la follada. Cambiaron de postura y ella se tumbó boca arriba abriendo las piernas al máximo pidiéndole a Hassan que se la metiese y diciéndole a Sergio que se sentara en su cara para chuparle el culo y los huevos.

El marroquí flipaba de gusto al sentir la lengua de Gema en el culo, se agarró la polla y empezó a masturbarse y mi novia le ayudaba acariciándole los testículos a la vez que le follaba el culo con la lengua. El chaval no pudo más y se corrió llenándole de nuevo las tetas y la barriga de leche, algunas gotas incluso le llegaron al coño y se mezclaron con su flujo a la vez que Sergio seguía taladrándole el chocho. Gema se acercó las manos a los pechos y comenzó a restregarse la leche depositada por Hassan por todo el cuerpo, como si fuese crema solar. También se pasaba los dedos llenos de semen por los labios y los chupaba lentamente, esto excitó a Sergio de tal manera que aceleró todavía más el ritmo de la follada y comenzó a llamarla puta, zorra, furcia, perra,...

Debo señalar que Sergio era un excelente follador, parecía un actor porno, incluso dio tiempo a Hassan a empalmarse de nuevo. Magreaba los pechos a mi novia como un desesperado, también se los chupaba sin importarle que hubiese restos de leche de Hassan, es más creo que esto aún lo calentaba más. Gema se percató de ello y le agarró del cuello para darle un morreo y así pasarle la leche del marroquí que aún tenía en parte de los labios y boca. Yo estaba sorprendido por lo mucho que aguantaba Sergio, era asombroso, a Gema le debía doler el coño y cualquiera sabe las veces que se habría corrido la muy cachonda.

De repente veo a Hassan acercarse con el tanga de Gema en la mano y haciéndose una paja, curiosamente se acercó a mí y me invitó a que lo oliese y tocase, cosa que por supuesto hice de inmediato, era sumamente chocante y morboso ver cómo un desconocido me ofrecía la prenda más íntima de mi novia. Luego se sentó sobre ella y le puso la polla entre las tetas, al mismo tiempo le ordenó que lamiese el tanguita e incluso se lo metió entero en la boca, provocándome esto último tanta calentura que sin poder evitarlo me corrí sin apartar la vista de ellos.

Cambiaron de posición y la pusieron a cuatro patas. Ayudaron a Gema a limpiarse y a vestirse y empezaron a comentar algo sobre ir a casa de nosequién. Se referían a un amigo de ambos, Tony, un hombre colombiano de 49 años y que por lo visto trapicheaba con cocaína. Hassan era el camello que la distribuía, se dedicaba a esa discoteca en particular ya que conocía a casi todos los que asistían y tenía bastantes clientes.

No me hacía mucha gracia ir a casa del tipo ese, pero me convencieron diciendo que no me preocupase además me aseguraron que tenían una sorpresa para mí y que lo íbamos a pasar muy bien. No comenté nada más y encendí un cigarro, iba atrás con Hassan y Gema delante con Sergio, dejándose acariciar las piernas y tetas cada vez que al taxista le venía en gana. No hay que dejar de lado el hecho de que ambos ignoraban que Gema y yo fuésemos novios, me refiero a que no les podía reprochar nada, e incluso confieso que no eran malos tipos en el fondo, es más, durante todo el trayecto Hassan y yo conversamos de todo tipo de asuntos y era efectivamente una persona bastante educada y seria. Incluso hubo un momento gracioso en el que desde atrás le bajó el top a Gema sin que ella se lo esperara y le dejó las tetas al descubierto ante las risas de Sergio y Hassan a las que, sorprendentemente, ¡me uní yo!.

El caso es que llegamos a casa de Tony, era un chalet enorme y lujoso, o por lo menos eso parecía desde fuera. Abrió la puerta una mujer de unos 40 años, bastante bien conservada y que vestía un pantalón corto muy ajustado y una blusa cuyos primeros botones estaban desabrochados y dejaban ver a la perfección su sujetador color negro. Sentado en un sofá estaba Tony, la verdad es que no aparentaba los 49 años que tenía, aunque tenía algo de barriga estaba bastante fuerte.

Desde el momento en el que entramos Tony no apartó los ojos de Gema, a mí la verdad no me importaba en absoluto, yo sinceramente hacía lo mismo con su mujer (Julia), la tía estaba realmente buena y además a mí siempre me han dando un morbo especial las mujeres maduras.

Tony era un elemento de cuidado, el típico tío con el que nadie se mete para no tener problemas, llevaba diez años en España y su ocupación era traer cocaína desde Colombia para venderla aquí, claro que el no se mojaba sino que los que se jugaban el pellejo eran chavales como Hassan que así conseguían dinero fácil y rápido.

Siguiendo con los hechos, resulta que a la media hora de estar allí y cuando me disponía a echarme otro cubata me percaté que a Gema, Sergio y Tony hacía un rato que no les veía, esto me inquietó bastante sin embargo no hice ningún comentario y me senté junto a Hassan y seguimos conversando y bebiendo en compañía de Julia.

De pronto, él comenzó a hacer comentarios sobre lo buena que estaba mi novia y lo bien que follaba y que la mamaba, me dio bastante morbo escuchar esas palabras de boca de un tipo que apenas hacía unas horas que conocía, sin ningún reparo le contó con detalles a Julia lo que habían hecho con Gema, a mí la polla comenzó a ponérseme dura además Julia parecía muy interesada en lo que le contaba Hassan y a veces incluso lo interrumpía para preguntarle cosas concretas, estaba claro que también le iban las tías y eso hizo que me las imaginase a las dos haciendo un sesenta y nueve comiéndose los coños mutuamente y... bueno ya sabéis... a los chicos nos excita mucho eso de ver a dos mujeres, además debe ser muy morboso ver a una madurita enseñando y pervirtiendo a una joven ¿no creéis?

Me levanté y les dije que iba al servicio, realmente mi intención era averiguar lo que estaban haciendo los 3 desaparecidos y la verdad no tuve que complicarme mucho. Escuché unos ruidos y voces que provenían de una habitación contigua al cuarto de baño y me acerqué sigilosamente, para mi suerte la puerta no estaba cerrada del todo y pude ver lo que ocurría dentro. Por supuesto estaban allí, pero lo que no esperaba ver era a Gema tumbada en una cama atada de piernas y brazos y con pinzas en los pezones. Era muy excitante verla así, además le habían puesto un sujetador de esos que dejan al descubierto los pezones. Ellos no perdían el tiempo, Sergio le estaba comiendo el coño y el placer se reflejaba sobre el rostro de mi novia, Tony se masturbaba acercándose poco a poco a la carita de Gema y ella le sacaba la lengua y se relamía dando a entender que la quería en la boca.

Os tengo que confesar que el contraste de la juventud de Gema con la madurez de Tony me producía un morbo especial. Sergio la agarraba de las caderas y se la metía todo lo que podía, incluso se escuchaba el ruido de los cojones chocando con el coñito mojado.

La lengua de Gema se deslizaba como una serpiente por la polla de Tony, se la chupó con dedicación y esmero, como una autentica profesional. Mientras, Sergio seguía follándosela y yo estaba a punto de eyacular, así que me dirigí al servicio para correrme allí y lo que me encontré fue lo siguiente: Julia, en el suelo con las manos sobre la taza del water, a cuatro patas y recibiendo por el culo la polla de Hassan. La verdad es que estaba bastante macizorra, con tetas bastante más grandes que Gema y un culo enorme cuyos cachetes eran agarrados con fuerza por Hassan a la vez que se la follaba, así que sin poder evitarlo me corrí allí mismo, sobre el suelo. Ellos me vieron pero no comentaron nada y siguieron con lo suyo.

Me fui rápidamente al salón y me serví un whisky, la visión del cuerpo de Julia me había dejado aturdido, era la primera mujer aparte de mi novia a la que había visto follando en directo y no se me iba de la cabeza la imagen de sus tetas balanceándose y su cara de gusto. Me arrepentí de no haberme acercado y habérsela metido en la boca, probablemente a ella no le hubiese molestado y a Hassan le hubiese parecido perfecto, de todas formas el simple hecho de mirar ya me provocaba un gran placer, aunque realmente me apetecía participar así que me levanté y me dirigí de nuevo allí completamente empalmado y con la polla en la mano.

Ahora Julia estaba sentada en el water y Hassan se la follaba por la boca, era admirable el aguante que tenía el chaval, estaba a punto de entrar cuando de repente mi novia empezó a gritar de un modo exagerado y por unos momentos me asusté y fui a ver lo que ocurría. Sus gritos obviamente eran fruto del placer, estaba siendo penetrada por los dos a la vez, estaba sudando y roja como un tomate, parecía como si fuese a perder el conocimiento. Yo tenía los pantalones completamente bajados y me la pelaba frenéticamente viendo a Gema disfrutar, entonces sentí una mano acariciando mi culo y acercándose suavemente a mis cojones, era Julia y estaba detrás mío totalmente desnuda y con las tetas llenas de leche.

Empezó a pajearme a la vez que me decía al oído: "Mira, mira cómo se follan a tu amiga, mira lo guarra que es, ¿a que te gusta verlo?, además esta noche va a dormir con nosotros y mi marido se la va a estar follando sin parar hasta que amanezca". Era fabuloso escuchar esas palabras de boca de Julia además sentía sus pezones en mi espalda y los pelos de su coño rozando mi culo, realmente excitante. Me giré y la besé en la boca, nos morreamos durante unos minutos y sentí el contacto de mi pecho con sus tetas llenas de leche y esto me provocó un morbo especial.

Estaba tan empalmado que la polla incluso me dolía, así que me senté en el suelo diciéndole a Julia que por favor se sentara encima y que se metiese mi rabo. Lo hizo pero lentamente, haciéndome esperar, se la metió muy despacito y luego poco a poco aumentó el ritmo, hasta el punto de que me hizo daño en los huevos de lo fuerte que saltaba. A la vez que follabamos acercó sus pechos contra mi boca y se los lamí como un perro, no me importaba en absoluto que estuviesen manchados de semen, todo lo contrario, el hecho de pensar que estaba probando la leche de un tío mientras me follaba a una cuarentona hizo que, sin poder contenerme, me corriese dentro de su coño derramando tal cantidad de esperma que hasta ella se sorprendió.

Se levantó y puso su chumino a la altura de mi boca, me agarró de la cabeza y no tuve más remedio que hundir la lengua dentro, me dijo que no parase hasta que lo tuviera totalmente limpio y yo por supuesto la obedecí. Después nos fuimos al salón y al cabo de cinco minutos escuchamos a los otros tres salir de la habitación y dirigirse al cuarto de baño, iban a ducharse.

Hacía un rato que no veía a Hassan y se lo comenté a Julia, me dijo que se había marchado, había recibido una llamada urgente y tuvo que abandonar la casa. Seguimos conversando durante un buen rato y poco a poco fuimos acercándonos más el uno al otro. Cuando estaba a punto de besarla en la boca me interrumpió y me cogió de la mano, me dijo que fuésemos al servicio a ver qué estaban haciendo Tony, Sergio y Gema porque tardaban mucho. Estaba claro que tanto ella como yo sabíamos lo que nos íbamos a encontrar o por lo menos nos lo imaginábamos.

Abrimos la puerta y nos encontramos a mi novia tumbada en la bañera y a los chicos de pié cascándosela a punto de correrse, por lo visto habíamos llegado en el momento idóneo. Nos vieron y Gema me miró a los ojos bastante sorprendida ya que Julia estaba pajeándome desde atrás y yo le estaba magreando el culo, al parecer no se esperaba que yo me decidiese a participar, y ni se imaginaba el polvazo que le había echado momentos antes. Lo que ocurrió a continuación fue especialmente excitante: Julia se acercó a Gema y comenzó a darle lametazos en los pezones.

Sergio y Tony no pudieron aguantar más y le regaron el cuerpo a mi novia dejándole la barriga y las piernas totalmente cubiertas de leche. Acto seguido me coloqué detrás de Julia y empecé a follarmela por el culo a la vez que ellas se morreaban, era la primera vez que le daba por el culo a una mujer y la verdad es que es fantástico, mi novia me lo había pedido varias veces pero yo siempre me había negado por miedo a que ella sangrase o algo por el estilo. Luego cambiamos de posición y me la follé por el coño, mi novia por supuesto no perdió la ocasión de chupar esas maravillosas tetas, animándome además a mí a que siguiese follándome a Julia y gritando que le encantaba ver cómo me follaba a una mujer delante de ella.

De repente, cuando estaba a punto de correrme, vi que Tony se acercó y se puso de pié delante de Gema con la polla en la mano, lo extraño era que no se la estaba meneando y ni siquiera estaba empalmado. Al cabo de unos segundos salí de dudas: de la polla de Tony comenzó a salir de manera abundante un liquido color amarillo, ¡el cabrón estaba meando sobre mi novia!, la situación era súper morbosa, algunos os sorprenderéis pero os prometo que ver como un hombre cincuentón se mea encima de tu novia mientras te estás follando a su mujer es una experiencia incomparable a cualquier otra, en serio. Por supuesto me corrí viendo esto y volví a llenar el coño de Julia de abundante esperma. Luego se acercó a mi novia y se puso de cuclillas encima justamente de su boca y se abrió el coño con las manos consiguiendo que cayesen de dentro varios goterones de leche que fueron recogidos directamente por su lengua.

A estas alturas eran casi las 6 de la mañana, estábamos todos muy cansados y aprovechando un momento en el que nos quedamos a solas Gema y yo, le comenté que era muy tarde y que lo mejor era llamar a un taxi e irnos al hostal. Aceptó y nos despedimos de ellos tomando nota de su teléfono y dirección para volver a verlos en cuanto nos fuese posible.

Por el camino hacia el hostal estuvimos hablando sobre lo sucedido, lo más importante era que no había rencores de ningún tipo y que a partir de esa noche nuestra vida sexual iba a ser mucho más placentera sin dejar cabida a cosas tales como los celos, los tabúes, ... etc.

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