viernes, 12 de octubre de 2007

En la piscina

LLevo 14 años casado con mi mujer, María. Tengo 37 años y ella 35. Tenemos una vida exual sana, intensa, follamos cada vez que podemos y nunca le he sido infiel. María tiene un cuerpo bonito, unos pechos no muy grandes pero que me vuelven loco y un culo impresionante, de esos respingones que cuando lo mueve me pone a mil.

Hacía tiempo que tenía la fantasía sexual de ver como follaba con otro. Tenía ganas de verla estremeciéndose de placer mientras otro hombre le metía la polla por detrás, agarrando ese culo precioso que tiene, o comiéndose otra polla que no fuera la mía, que por cierto, no lo hace nada mal.

Un día se lo conté, evidentemente ella se negó, me dijo que su nivel de satisfacción sexual conmigo era completa y que no tenía necesidad ni ganas de follar con otro. Durante un tiempo insistí en el tema y viendo que cada vez que sacaba el tema se enfadaba lo fui dejando correr aunque de vez en cuando hacia alguna broma al respecto.

Los dos estamos apuntados en un gimnasio al que vamos para nadar. Normalmente no suele haber mucha gente ya que la piscina no es muy grande. Un día mientras nadábamos entró un chico, alto, apuesto, con un cuerpo fibrado que reflejaba que hacia deporte asiduamente. El bañador reflejaba que el muchacho estaba muy bien dotado.

Sin querer me di cuenta que mi mujer se lo miraba con atención y que le devolvía el saludo en forma de sonrisa. A la salida comentamos el fugaz encuentro y de forma sutil conseguí sonsacarle que encontraba muy atractivo al joven. La verdad es que estaba cañón.

Durante los días sucesivos, coincidimos con el chico e incluso empezamos a saludarnos verbalmente y a mantener pequeñas conversaciones. Se llamaba Iván y tenía 30 años. Un buen día al llegar a la piscina, Iván ya estaba en el agua y solo había un carril libre a su lado. Al principio no caí en el detalle pero mi mujer se metió en el mismo carril que Iván y me dejó el vacío para mi, mas tarde entendería porque.

Al cabo de un rato me percate que mi mujer e Iván hablaban al llegar al final de cada piscina. No le di importancia. Tampoco me preocupé cuando la piscina se quedó vacía, solo nosotros tres y ni Iván ni mi mujer se cambiaban a otro carril, algo se estaba cociendo.

En uno de los trayectos coincidimos los tres en el mismo lado de la piscina, salude a Iván y el me devolvió el saludo. Yo inicié otra piscina dejando a los dos hablando. Al llegar al otro lado de la piscina y darme la vuelta para hacer otro largo un poco mas y me ahogo. Mi mujer e Iván se estaban besando, María tenía los brazos alrededor del cuello de Iván y este tenía los suyos metidos en el agua. No hace falta pensar mucho para saber donde tenía las manos, estaba agarrando ese culo que me pone a mil y que creia que era solo para mi. El beso era dulce, saboreando los labios de uno con el otro mientras jugaban con sus lenguas.

En un primer momento pensé en dar un grito para llamar la atención de los dos pero en vez de eso nade hacia el lado de la piscina en el que estaban. Cuando llegue al otro lado María e Iván seguían besándose. María seguía con los brazos en el cuello de Iván pero él había sacado una mano del agua y le estaba acariciando un pecho.

A través del bañador de María se podía intuir como tenía los pezones erectos, estaba disfrutando con ese juego. No me lo podía creer. Fui a pasar por debajo de la corchera que divide los carriles para poner fin a esa situación cuando María, que estaba de cara a mi, abrió los ojos y me hizo un gesto con la mano para que me estuviera quieto. Dejaron de besarse e Iván empezó a chupar el cuello de María mientras seguía jugando con el pezón excitadísimo de mi mujer.

María me miró a los ojos y gesticulando con la boca me dijo...No es esto lo que querias?. De pronto me di cuenta que estaba excitadísimo, que mi pene no cabía en bañador y empecé a tocarme.

Iván ya le había bajado los tirantes de bañador a María y había dejado al aire su preciosos pechos. Empezó a chupar los pezones, con una mano le agarraba un pecho y la otra seguía debajo del agua. María empezó a retorcerse y a gemir de placer, metí la cabeza debajo del agua y vi como Iván habia metido la mano dentro del bañador y estaba acariciando el clitoris de María.

Acto seguido María también metió una mano dentro del agua y saco el pene de Iván del bañador y empezó a masturbarlo, despacio. Si no fuera porque me faltaba el aire me hubiera quedado allí debajo admirando ese espectáculo, María totalmente abierta de piernas mientras Iván le empezaba a meter los dedos dentro del clitoris.

Saqué la cabeza del agua y María tenía la cara del placer. Iván la cogió de las caderas y la sentó en el bordillo de la piscina, retiro la parte de abajo del bañador de María y empezó a chuparle el coño. María se echo hacia atras, cogio la cabeza de Iván y la apretaba contra su coño mientras decia... Asi...asi...chupamelo...ahhhh...como me gusta!!!!.

Creo que ese momento María tubo su primer orgasmo. Cambiaron las posiciones y esta vez era Iván quien estaba sentado en el borde, con su polla fuera del bañador. María lo agarro con una mano y empezó a chupárselo, se lo metía dentro de la boca, lo sacaba y con la lengua le daba lametones y volvía a metérselo. Iván gemía de gusto, estaba claro que mi mujer se estaba empleando a fondo, nunca mejor dicho.

Mientras seguía chupándosela, con la otra mano, María introducía un dedo en el culo de Iván a lo cual el muchacho gemía mas si cabe. Cuando se veía proximo el orgasmo de Iván, María dejo de chuparsela, hizo que Iván entrara en el agua y que se sentara en el primer peldaño de la escalera.

Iván le hizo caso. María se quitó por completo el bañador y se puso de espaldas a Iván. Le estaba ofreciendo su culo, se contorneaba rozándose con la polla de Iván y él no rechazó la oferta y cogiendo por las caderas a María introdujo su polla en el coño.

Empezó a empujar y a empujar mientras María metía una mano por debajo, le cogia los testículos y se rozaba con ellos en el clítoris cada vez que Iván empujaba. No tardaron mucho en llegar al orgasmo, los dos estaban muy calientes y la imagen de mi mujer, mirándome, frente a mí, gozando y gimiendo de placer me había puesto que se me salía el corazón.

María soltó un gruñido de placer mientras se corría, no paraba de moverse al igual que Iván, el cual le había agarrado de los pechos y tiraba con fuerza hacia él.

Cuando todo hubo acabado, los dos quedaron apoyados contra la pared de la piscina, Iván con la espalda apoyada en la pared, María con la espalda apoyada en su pecho. Iván acariciaba suavemente los pechos de María que seguía agitándose. María me miro a los ojos y sonrió.

¿Te ha gustado?, me preguntó. Sin decir una palabra me acerqué y empecé a besarla. Iván seguía acariciándole los pechos y María metió las manos debajo del agua, con una empezó a acariciarme la polla, la cual estaba a punto de reventar y con la otra hacía lo mismo con la de Iván.

Cuando María notó que la polla de Iván volvía a la vida me apartó, se dio la vuelta, y empezó a chupársela otra vez. Su precioso culo estaba ante mí, en todo su esplendor, pero yo no me atrevía ni a tocarlo. Cuando María notó que Iván volvía a estar excitado dejó de chupársela, giro la cabeza, y mientras seguía masturbándolo me miró y me dijo. ¿No quieres?.

No lo dudé ni un segundo, la agarré por las caderas y le metí la polla en su coño con toda la fuerza que pude. María lanzo un gemido y siguió chupándole la polla a Iván que cada vez estaba mas caliente.

No tardé en correrme, fue un orgasmo increíble, como una explosión, María también se corrió mientras balbuceaba algo con la polla de Iván en la boca. María se incorporo, me dio un beso, me apartó y se colgó del cuello de Iván, el cual la agarro del culo y volvió a meter su polla en el coño de María.
María ya no gemía, gritaba de placer, fóllame, fóllame más, métemela hasta el fondo, me corro, me corro, me corroooo!.

Yo miraba la escena apoyado en la pared de la piscina, maravillado, feliz. Me acerqué a María, le di un beso y le dije gracias. No volvimos a ver a Iván pero nuestra relación sigue tan feliz o mas que antes y a veces recordamos el episodio de la piscina lo cual nos pone calientes a los dos y follamos como nunca.

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