viernes, 12 de octubre de 2007

El amante de mi mujer

Esta historia verdadera de la infidelidad de mi esposa la comparto con ustedes porque en medio de mis sentimientos de celos e impotencia se que en el fondo hay algo que me despierta placer y que no quiero guardarlo para mi.

Vicky mi esposa es una mujer de 45 años, con una cara muy atractiva especialmente por el color verde de sus ojos, de cabellos rubios hasta los hombros y de un cuerpo rollizo en el que se destacan sus piernas que evocan aquellas de las vedettes de los años 50.

A pesar de sus kilos de exceso yo diría que se ve más como una hembra de cuerpo voluptuoso que como una gordita cualquiera, sobre todo porque sabe vestirse de manera que destaca sus excesivos atributos.

Su estilo y comportamiento alegre y extrovertido siempre me ha dado dolores de cabeza, especialmente cuando la gente no la conoce y malinterpreta su conducta.

En nuestro grupo de amigos somos 9 parejas desde los 37 años hasta los 50 años y siempre encontramos la disculpa perfecta para reunirnos periódicamente los fines de semana, y, aunque por mis viajes permanentes no acudo a todas las reuniones, Vicky siempre disfruta de ellas.

Hace unos meses cuando planeamos asistir a una obra de teatro noté un saludo muy especial de Vicky y Miguel Angel el esposo de Julia, y en su corta conversación el le dijo casi disculpándose que la llamaría posteriormente para hablar.

Victoria me diría luego tratando de explicar que se trataba de una dirección de Internet, algo sobre lo cual yo sabia que no ella era muy hábil y no le gustaba. Miguel Angel era un profesional exitoso y porque no decirlo, atractivo de unos 40 años.

Una noche nos reunimos a celebrar el cumpleaños de uno de los miembros del grupo; Vicky se había vestido para la ocasión, con una falda hasta las rodillas un suéter de cuello alto y algo suelto. Aunque no era precisamente una modelo, el conjunto la hacia ver muy sensual y atractiva, especialmente sus torneadas y gordezuelas piernas que se alargaban visualmente por las zapatillas altas que llevaba y las pantymedias blancas.

Al llegar, saludamos a todos y tomamos un sitio cerca de la chimenea. Después de algunos cuentos e historias, la música comenzó a sonar e inmediatamente Miguel Angel llegó hasta nosotros invitando a bailar a mi esposa. Yo continué conversando con la esposa del dueño de casa viendo algunas fotos pero ocasionalmente veía la cara de mi esposa mientras se movía bailando con Miguel Angel.

Estaba muy atenta a lo que el decía y de pronto Miguel Angel le tomo el cabello y se lo arreglo con la mano, en un gesto como de ternura que ella respondió con una sonrisa insinuante y que me despertó algunas interrogaciones. En este momento pensé en dejarlos avanzar sin expresar nada para ver hasta donde terminaría esta historia.

La noche continuó, el licor siguió consumiéndose y Vicky y Miguel Angel seguían bailando y cada vez sus movimientos eran mas lentos mas cadenciosos y en varias oportunidades al terminar una canción seguían de pie conversando esperando una nueva canción.

Al llegar la hora de la cena Vicky se sentó a mi lado y desprevenidamente mire su pecho y ella inquieta me pregunto si se le notaban los pezones, yo me sonreí y ella estirando un poco su suéter lo presiono sobre sus senos y claramente formaban un relieve y se le notaba que estaban erectos. Nos dirigimos al buffet y servimos nuestros platos de comida.

Ellos se cruzaban miradas. Decidí empezar a fingir que el licor me estaba haciendo efectos, nos sentamos nuevamente y Miguel Angel se sentó justo frente a nosotros. Yo podía ver como en medio de los chistes e historias que contaba miraba a Victoria tratando de ver entre sus piernas; ella se sentía incomoda con mi presencia.

Entonces me paré diciendo que deseaba repetir algo de comida y me alejé. Un rato después regresé a mi sitio y todo parecía normal, solo que Julia la esposa de Miguel Angel le advirtió, quizás de una manera burlesca a Vicky, que cerrara las piernas que estaba mostrando lo que debía mantener tapado. Aunque Vicky se disculpó entre risas, yo sabia que lo hacia intencionalmente, siempre disfrutó que le miraran las piernas.

Ya entrada la noche la dije a mi esposa que me sentía mal por el licor que quería recostarme un rato y me dirigí a la biblioteca donde estaba Alberto otro de los invitados durmiendo su beodez y apagando la luz me ubiqué en un sitio desde donde tenia un buen panorama de la fiesta.

Miguel Angel llevaba una camisa de muchos colores y fue el centro de atención del grupo que se le mofaba. El en un gesto se quitó la camisa dejando al descubierto su pecho cubierto de vellos. Las mujeres gritaron y se reían.

Cuando se iba a poner la camisa nuevamente Vicky grito que no! que se quedara sin camisa, a lo que todas respondieron en coro que no volviera a usar su camisa; No le costó mucho trabajo a Miguel Angel obedecer. La cara de Julia su esposa, era quizás de vergüenza pero no decía nada.

Nuevamente continuó la fiesta y Vicky y Miguel Angel siguieron bailando y tratando de ocultarse del resto del grupo y especialmente de Julia, y pegándose uno al otro se les veía sus expresiones de excitación, en un momento mientras bailaban, Miguel Angel y Vicky se quedaron quietos sintiéndose uno al otro. Así continuó la noche, hasta que llegó la hora de partir. Vicky llegó a despertarme y fingiendo una borrachera profunda le dije que yo no podía manejar, y ella no sabe hacerlo, por lo que insinué que buscara compañía para nuestro viaje de regreso.

Como era de sospecharse el voluntario para conducir nuestro auto fue Miguel Angel quien acordó llevarnos haciendo que su esposa se fuera con otra pareja amiga y vecinos de ellos. Prácticamente hice que tuvieran que llevarme apoyado entre Miguel Angel y Vicky.

Al entrar al ascensor quede apoyado entre Vicky y Miguel y abrazado por ellos y sus brazos se encontraban en mi espalda. La mano de Miguel Angel en un momento se posó sobre el cuello de Vicky y comenzó a acariciarla disimulada y cadenciosamente, lanzándose miradas de deseo y excitación profunda.

Por mi parte decidía iniciar un espectáculo y pretendiendo que me caía me sostuve de la falda de mi esposa descubriendo parcialmente sus deliciosos muslos al pararme. Miguel Angel miraba entre sorprendido y agradecido y Vicky riéndose me reclamó pidiéndome cordura. Al llegar al coche abrieron la puerta trasera ayudándome a subir y casi metiéndome cargado, en vista que yo continuaba fingiendo una borrachera.

Después de acomodarme Miguel Ángel abrió la puerta de Vicky y esperó a que se subiera para mirarle las piernas que intencionalmente dejo descubiertas.
Ya durante el viaje en la tenue luz de la vía, vi como Miguel Ángel miraba los muslos de Vicky y en voz baja le decía algo; Vicky, miraba hacia atrás de reojo y se acercaba un poco a el.

En un semáforo se miraban en silencio y comenzaron a besarse. Vicky tomo por el cuello a Miguel Ángel y presionándolo contra su boca lo besaba con mucha pasión.

Miguel Ángel tomo un desvío solitario y disminuyó la velocidad y Vicky comenzó a hablarme, con claras intenciones de verificar si yo estaba dormido; por supuesto yo no movía un dedo esperando ver lo que presumía.

Efectivamente a baja velocidad volvieron a besarse esta vez Miguel Ángel tomo la iniciativa y Vicky respondía con placer solo se oían suspirar. En un momento Miguel Ángel puso su mano sobre las tetas de Vicky, inicialmente se asusto y trató de retirarse pero ante la arremetida y su propia excitación lo dejo avanzar.

Miguel Ángel descubrió sus tetas y acariciándoselas las saco del brasier para empezar a darle una mamada que ya tenia a mi esposa Vicky cerca de un orgasmo. Vicky se separaba de Miguel y miraba nerviosa hacia atrás asegurándose que yo no despertara.

Miguel Ángel le hablaba en voz baja al oído y mi esposa le decia que no que otro día, sin embargo Miguel Ángel separándose de mi esposa se abrió la bragueta pidiéndole a mi esposa que lo acariciara. Vicky inicialmente lo recriminó, pero nuevamente mirando hacia donde yo estaba recostado y tratando de tapar la separación de los dos asientos delanteros con su blazer comenzó a acariciarlo por encima del pantalón pero muy rápidamente le dijo en voz baja que se la sacara, hasta que el propio Miguel Angel sacándola le facilito el trabajo y claro Vicky quedo impresionada riéndose al principio al verle la verga.

Yo no podía ver desde el asiento trasero más por el comentario supe que la impresiono no el tamaño pues era normal, sino la forma arqueada que tenía y en un abrir y cerrar de ojos tenía esa verga entre las manos y comenzo a masturbarlo, la tocaba, y disfrutaba con los líquidos, el olor, y sobre todo disfrutaba rosando sutilmente las venas sobresalientes de la verga de Miguel Angel.

No aguanto más, y agachándose la empezo a chupar y por el movimiento de su cabeza se adivinaba que iba desde los testículos a la cabeza de la verga, se las chupaba al unísono y después separadamente, regresaba al tronco de la verga y se quedaba dándole lengua a su cabeza, después descendía por el hasta la base de su pubis y regresaba a la cabezota.

Todo lo hacía lentamente, ocasionalmente miraba hacia donde yo estaba y continuaba arrecha y masturbándolo besándolo lamiéndolo diciéndole que era una verga diferente pero deliciosa como ninguna de las vergas que se habia comido.

Miguel Angel sin aguantar más puso sus manos sobre los muslos de Vicky y casi desnudándolos completamente, trataba de llegarle a la concha. Mi deliciosa y casta esposa desesperada no quería dejarlo, quizás presintiendo que al dejarlo no resistiría y lo dejaría llegar hasta el final bajo el riesgo de mi presencia en el carro. Miguel Angel insistía y le hablaba en voz baja hasta que Vicky para callarlo, volvió a besarlo sin soltar la verga de la mano.

Miguel Angel aprovechó y llevándola a un nivel de excitación, logró abrirle las piernas y llegarle a la concha. Vicky se desvaneció y abrió las piernas y Miguel Angel separando el panty comenzó un danza erótica . Yo suponia la imagen que Miguel tenia frente a el: un pubis gordezuelo recubierto de deliciosos pelos con los labios de su vulva alargados, gruesos y entreabiertos aprisionados por la pantymedia blanca.

Mi esposa siempre se ha sentido orgullosa de los vellos de su concha tupidos y recortados deliciosamente, con estilo. Miguel Angel al sentirlos le decia al oido "Vicky mamita que rica estas dejame vertela" y con sus dedos recorría los espesos pelos del pubis, sus labios y su clítoris.

Miguel Angel no quitaba la mirada sorprendida y arrecha de la exuberante concha de Vicky que ante la caricia desgonzó la cabeza dirigiendo su mirada hacia el puesto de atrás donde estaba yo. Vicky se mordía los labios para no emitir ruidos sus ojos quedaban con la mirada en blanco y en este momento ya Miguel Angel tenia su cabeza incrustaba entre las deliciosas piernotas de Vicky haciendo sus delicias con la lengua y los dedos.

La pantymedia le impedía abrir las piernas para dejar que la boca de Miguel Ángel le llegara fácil hasta la concha entonces Miguel Angel le pidió que se la quitara. Vicky no quería y le decía que otro día que yo no estuviera, que se fueran para un motel y harían lo que quisieran. Miguel Angel manejando lentamente insistía y ya le llevaba las pantymedias en las rodillas.

Vicky estaba nerviosa pero no podía ocultar la excitación y mirando hacia atrás sin soltarle la verga se las dejo bajar los casi totalmente. Miguel Angel le miro detalladamente con morbo la concha de Vicky y pasando los dedos de arriba abajo, los llevo luego a la cara de Miguel quien aspirando profundamente se reía.

En ese momento llegamos a un semáforo y yo me moví por lo que Vicky se acomodo soltándole la verga Miguel Angel que miraba por el retrovisor hacia mi asiento.

Después de un receso durante el cual mi esposa Vicky no le quitaba la mirada de la verga, volvieron a besarse apasionadamente entrelazando las lenguas, por lo que Miguel Angel totalmente excitado, se desvió por calles solitarias y estacionando el carro en un sitio oscuro comenzó a subir la falda de Vicky, desnudándole y acariciándole las pantorrillas cubiertas por esas medias hasta que le llego nuevamente a la chocha.

Vicky soltó un gemido y desgonzándose nuevamente se dejaba acariciar, masturbar, los jugos de su concha sonaban al masaje de los dedos de Miguel Angel, que desesperado ya le estaba mamando el pezón de su teta izquierda; Vicky se mordía los labios mirando arrecha y vigilante hacia donde yo estaba. De pronto soltó un gemido fuerte, lo que me hizo pensar que Miguel Angel le había llegado hasta el clítoris. En ese momento yo me moví nuevamente haciendo que se asustaran y mientras Miguel Angel trataba de guardarse la verga, Vicky se arreglaba el vestido.

Quedándose quietos esperando a que yo volviera a dormir, Miguel Angel le decía a mi esposa que quería penetrarla como fuera, y le susurraba que se dejara, pero ella no quería por temor a ser descubiertos y le pedía que esperara pero también muy excitada acariciaba la verga de Miguel Angel apretándola y masturbándolo mientras este arrancaba el carro nuevamente.

Al llegar al estacionamiento, Vicky salió del carro y Miguel Angel la siguió ocultándose detrás de una columna se abrazaban y se movían frotándose los sexos. El ritmo de sus movimientos cambiaba según la posición de la verga de Miguel Angel contra el pubis de Vicky que variaba continuamente la presión que su bajo vientre ejercía sobre toda la longitud de la verga.

Miguel Angel trataba de recoger la falda desnudándole las piernas para llegarle a la chocha hasta que finalmente lo logró, haciéndole dar un grito ahogado que no pudo acallar. Empezo a acariciarle la vulva por dentro de las pantymedias con fuerza, todo ello sin dejar de besarse, chupar y lamer hasta el límite las bocas y el cuello.

Se les notaba que estaban a cien, yo solo pensaba en dejarlos actuar pero quería ser testigo de ver a Vicky desnuda siendo penetrada por su amante en una situación desinhibida y desprovista del temor de mi presencia.

En ese momento me levante haciendo que los dos pusieran su atención en mi. Miguel Ángel se acercó a mi para ayudarme a bajar del carro, hablándome. Yo hacía teatro preguntando donde estamos, déjenme seguir durmiendo. Mi esposa me decía ya llegamos y se reía diciéndome que estaba borracho.

La erección de Miguel Ángel era notoria y el pantalón se abultaba impresionantemente y yo lo miré haciéndolo tratar de disimular, pero Vicky interponiéndose entre los dos le pidió que me ayudara a subir hasta el apartamento.

En el trayecto al ascensor yo fingía la peor borrachera y los dos hablaban en voz baja y lo que intentaba entender era que Miguel Ángel quería quedarse un rato más, aunque después de dejarme recostado en la habitación se despidió. Vicky salió a "despedirlo" y al instante después de planear su noche, regresó, diciendo que Miguel ya se había ido. Esto era exactamente lo que yo quería, ver a mi esposa actuando naturalmente a mi espalda.

Para facilitar los planes le dije que quería tomarme un trago con ella que me lo trajera, ella se negaba diciendo que me iba a hacer mucho daño, entonces yo dije que yo lo iba a traer. Por el temor de que me encontrara con Miguel, aceptó y trayendo un vaso con hielo y la botella de whisky la obligué a beber, sabiendo que por no estar acostumbrada con esto y lo que había bebido en la fiesta le iba a sacar el alma.

Vicky seguía vestida Yo le pedí que se recostara al lado mío por lo que apagando las luces y cerrando el black out, se recostó de mala gana, quizás pensó que le iba a arruinar el plan. Yo quería desnudarla para facilitarle el trabajo a Miguel Angel y pidiéndole que me besara la verga comencé a subirle la falda.

Vicky miraba hacia la puerta y ya sin opción y sacándome la verga inició a darme una mamada, yo le tenía la falda en la cintura y sus bellos se palpaban pr encima de sus pantymedias, el acceso a su coño fue directo. Bajándoselas, inmediatamente note la humedad, estaba totalmente mojada. En este momento los hechos cambiaron rápidamente. Miguel Ángel se decidió entrar a la habitación y se ocultó al pie de la cama, cerca de las deliciosa piernotas de Vicky.

Mi esposa recostándose de lado le ofrecía la mejor vista de su culo y por supuesto de su espectacular sexo, mientras me seguia mamando, podia percibir por la intensidad de su mamada y sus quejidos que Miguel Ángel tenia sus manos cerca de su objetivo.

Me quedé unos instantes disfrutando de la dulce canción de sus gemidos y el sonido que producían las manos de Miguel al rozar con las medias de nylon mientras Miguel Angel las bajaba, no resistí demasiado, y me di vuelta y entre la penumbra se veia a Miguel Angel agachado al pie de la cama ante su voluptuoso culo. El tacto me hacia percibir que tenía la falda totalmente recogida.

Para completar el escenario le abrí la blusa y solté su brasier dejando su par de tetas grandes y duras expuestas que se dibujaban en la oscuridad, al instante las manos de Miguel Angel se las agarraron dándole un masaje fuerte con mucha pasión. Vicky quería más y yo demostrando la más beoda inconciencia le daba confianza para que actuara.

Vicky se arrodilló en la cama dándole la espalda a Miguel Angel mientras inclinada sobre mi verga continuaba dándome una mamada ya no por la obligación de hacerlo, el compás, el ritmo, la presión de sus labios demostraba que estaba realmente caliente. Con su cuerpo inclinado me tapó hábilmente la visión de Miguel Angel .

No podía verlo pero los ruidos me hacían saber que se estaba dando un banquete en la vulva de mi esposa se la estaba chupando como nadie. En ese momento estire mi brazo en dirección de su vulva haciendo que Miguel Angel se retirara rápidamente, estaba totalmente mojada, sus vellos estaban empapados la concha abierta y jugosa y el clítoris estaba tan erecto que parecía un dedo.

Vicky trataba de quitarme la mano para que Miguel Angel Continuara, pero yo quería extender a mi antojo esta noche. Mientras la acariciaba comencé a hablarle:

Vicky mi amor estas muy hembra tu concha me pone muy caliente...
Dime que otro hombre te la ha visto?
Solo tu, mi amor...
Miguel Angel te miraba mucho las piernas esta noche. Te dijo algo?
Silencio...
Cuéntame que te dijo...
Que yo le gustaba que quería hacerme el amor
Y a ti te hubiera gustado?
Si que rico tenerlo desnudo, su pecho velludo, debe tener una verga gorda y rica....

En ese momento sentí que la cama de movió, Miguel Angel estaba detrás de mi esposa acariciándola. Por mi parte me hice nuevamente el dormido emitiendo los más reales ronquidos. Miguel Angel se sintió libre y desde atrás trataba de penetrar a mi esposa, quien recostada de costado hacia mi colocó su rodilla izquierda sobre mis muslos dejándole via libre. Yo oia a Vicky decir "ahí ahí suave, chúpamela "...

Miguel le estaba mamando la chocha, el temblor de mi esposa me anticipaba que iba a tener un orgasmo, balbuceaba cosas en mi oído mientras me cogía la verga, y yo seguía dormido...

En un momento Vicky se volteo hacia el y note que comenzó a darle la mejor mamada del mundo, Miguel se quejaba gemía le pedía más hasta que le lleno la boca de semen que Vicky por no poder pararse al baño, tuvo que tragárselo. Luego de un leve descanso en el que se besaron y le chupo las tetas, nuevamente Vicky se arrodilló a mamarme la verga poniéndose en cuatro permitiéndole a Miguel la mejor vista de su culo y de su gorda vulva.

Vicky estaba cumpliendo su sueño mientras me mamaba Miguel la penetraba desde atrás. En el momento en que sentí su nivel más alto movi mi mano hacia la concha de mi esposa, sin darle tiempo a Miguel a que se la sacara. Mientras le acariciaba los pelos mojados y los labios llegue a la verga de Miguel.

Estaba rígida, empapada en líquidos pegajosos, era muy gruesa pero de un largo normal. Miguel empezó a retroceder y yo le solté la verga, sin denotar conciencia. Esto exacerbó la excitación de mi esposa y pidiéndole que la penetrara tuvo dos orgasmos , el primero profundo y el segundo corto e intenso y Vicky al sentir la cercanía del orgasmo de Miguel le pidió que no se le viniera adentro, Miguel saco su verga y quitando a mi esposa se paró frente mi boca y masturbándose cerca de mis labios me soltó un chorro de semen interminable.

El olor era el típico al sexo de Vicky , estaba caliente y se sentía espeso. Vicky lo alejó y besándome y limpiándome se fue a despedirlo regresando después de un rato. Su concha estaba repleta de jugos y sentándose en mi cara me obligó a lamerla a chuparla y a tragarme el fruto de su excitación y la de Miguel...al día siguiente simulé la peor resaca del mundo con pérdida de memoria y pidiéndole excusas, pero desde ese día mi comportamiento cambiaría totalmente.

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