viernes, 12 de octubre de 2007

Desmadre de una estrecha

Quizás porque en su momento, que yo había propiciado, no supe encaminarlo adecuadamente, mi mujer volvió a comportarse como una estrecha, y ahora con el tiempo estoy teniendo lo que me excita y con lo que fantaseo y me provoca un gran morbo, y vuelvo a tener una mujer menos reacia y que su deseo vuelva a desmadrarse, aunque no sea hasta el punto que te voy a relatar que ocurrió.

Como te decía todo iba sobre ruedas y no era tan estrecha, cuando hacíamos el amor en los momentos álgidos le empezaba a decir guarradas: te están tocando, te están tocando, un tipo se hace una paja, que polla tan grande tiene... y luego con el tiempo le decía si le apetecía chupársela y cosas similares y ella acababa siguiéndome el juego. Pero al acabar, en frío, no quería ni hablar de eso.

Un día fuimos a Coruña, y la convencí para que fuera sexy. No salió así de casa, tambien tenemos familia, se cambió en el coche. Llevaba una falda que, sin llegar a ser mini, era corta, de seda, de color naranja y una camisa blanca de sisas amplias y escote sin cuello, que cuando se agachaba dejaba ver sus tetas, y una chaqueta por encima.

Estuvimos de vinos y picamos algo por los distintos bares. Como ella no suele beber, dos vinos ya le afectan. Yo le tocaba el culo por encima de la falda cuando no nos veía nadie, o incluso por debajo de ella. Al final fuimos a una bolera a jugar, estaba en un sótano y había que bajar bastantes escaleras sin curvas.

Enfrente de los bolos había una barra y nos pusimos en la esquina mas distante de la entrada, por ser mas discreta y estar alejada del grupo de gente que había a su inicio y que conversaban con el camarero y de paso jugar en la pista de bolos que teníamos enfrente.

Estábamos muy contentos, pedimos un chopito de melocotón, tomamos dos o tres, y como nadie nos veía yo le tocaba las nalgas y se las acariciaba y ella no protestaba sino que participaba. Me animé y le subí la falda doblándosela por la cintura, con lo que se convirtió en una mini.

Fuí a la pista y eché las monedas para jugar los dos (eran de esas pistas con la pelota pequeña de pasta sin agujeros). Cuando ella tiraba al agacharse yo le veía su culito, y sus pequeñas braguitas, un tanga de color salmón que se le metía entre las nalgas.

Nos reíamos, nos besábamos, estábamos algo chispas. Como en el sitio de la barra no nos veía nadie, le dije que se sacara el tanga y lo hizo... y la estuve acariciando y volví a meter monedas en la máquina y pásmate, jugamos una partida en que ella no tenía el tanga y yo le veía al agacharse.

Cada vez que a ella le tocaba tirar, yo me arrimaba al la barra para beber y así poder verla bien, yo estaba empalmado como un burro. Cuando salimos a continuación subió las escaleras delante de mí. ¡Imagínate la vista! ... Yo estaba como una moto.

Al salir a la calle, ya se había bajado la falda pero seguía sin tanga, y fuimos al aparcamiento a coger el coche en el subterráneo. La besé y le tocaba el culo y las tetas... La verdad es que con el paseo ella decía "nos pueden ver" y yo le contestaba que nadie nos podía ver porque no había un alma.

Yo empecé a fantasear y me imaginaba que alguien nos estaba observando y llegué a desear que así fuera. Había oído que había un club de parejas y decidí llevarla aprovechándome de la ocasión. La estuve convenciendo y por fin aceptó y la llevé a ese sitio. Nos costó un poco encontrarlo, íbamos despues de aparcar el coche como dos flanes.

Al entrar en el club había una barra larga y al final unas cortinas que daban paso a las mesas y a un lado una pista de baile rodeada por una gruesa cortina. En la zona de las mesas no había nadie, y en la zona de la barra había un señor en una mesa en un entrante que había en la pared casi enfrente del final, cerca de la zona de parejas, y dos chicos al principio de la barra hablando con la persona que llevaba el club.

Yo estaba como una moto y como dentro no había nadie le dije que era mejor tomar algo en la barra y nos pusimos justo al lado de la entrada de los reservados, de pie, y pedimos dos chopitos. El dueño nos los puso y volvió a hablar con los de la entrada.

Yo empecé a acariciarla por encima de la falda y como estaba desinhibida, colaboraba, por lo que me animé y le metí la mano por debajo de la falda para acariciarla mejor mientras la besaba, y acabé subiéndole la falda .Quedó con todo su culito al aire.

Entonces, me di cuenta que el señor que estaba en la mesa nos estaba viendo. Esto me puso muy cachondo y me excitaba mucho mas aun. El señor se daba cuenta que yo sabía que nos veía, y acabé diciéndoselo a ella. No me creía, porque yo a veces le digo "nos están mirando" y es mentira, pero miró y lo vio, entonces yo le dije que no se preocupara y seguimos.

Ella estaba totálmente encharcada y excitada. LLevariamos así diez minutos y empecé a picarla y a decirle que por qué no bailaba con el señor, y ella decía que no, pero acabé convenciéndola con mi verborrea y con los chopitos que tomábamos en una cantidad a lo que no estamos acostumbrados.

Lo fue a sacar a bailar, fueron a la pista, yo casi detrás, y estaban bailando, pero el tipo no hacía nada. Llegué yo y la agarré por la espalda y bailamos los tres, y yo le metía mano en sus tetitas y le levanté la falda. El tipo jadeaba y le dijo "hazte una paja". Ella lo miró como queriendo dar marcha atrás y entonces le di la vuelta, le acaricié sus nalgas, le chupé las tetas y agarré la mano del individuo para que tambien tocara sus piernas y sus nalgas. Yo estaba que alucinaba, ella no protestaba.

El tipo le volvió a decir "hazte una paja". Cogí, la senté en un sofá que había allí en la pista y le dije "¿porqué no te tocas un poquito el chocho?..., y ella empezó a hacerlo. El imbécil se sacó la polla y dijo "tócate puta, tócate", entonces yo le dije que no era ninguna puta, que era mi mujer, y el tío va y se corre de repente manchándose el pantalón. Se mete la polla dentro y se escapa a toda prisa del local.

Nos quedamos solos, pero seguimos en la pista bailando y haciendo cochinadas muy placenteras y luego nos sentamos en las mesas a beber algo. Me acuerdo muy bien, eran las dos y media, estábamos otra vez bailando y a lo nuestro cuando me doy cuenta que había otra pareja bailando. En ese momento, pensé "a ver si puedo cumplir mis deseos", y cosa que nunca había hecho, fui arrimando a mi mujer hasta la pareja y al poco tiempo el hombre le tocó las nalgas, ella dio un salto y se separó, no se lo esperaba.

Por fin la convencí, volví a la carga y nos tocaban, bueno, la tocaban a ella. El tipo tenía experiencia y propuso cambiar de pareja, pero dijo que su mujer no podía hacer nada porque tenía la regla, pero que nos podía hacer disfrutar. Mi mujer como que no quería, pero al final cedió.

Empezamos a bailar y el tipo le empezó a intentar besar y a hacerle una paja y entonces de repente, como si yo no existiera, daban vueltas bailando, se tocaban, se besaban, le sacó la polla fuera, una polla torcida y poco mas grande que la mía, y empezó a comérsela. Y yo sin poder hacer otra cosa que no fuera acariciarle las nalgas.

Entonces el tipo dijo que era mejor pasar a las colchonetas y desnudarnos, y Carmen dijo que quería ir al water. Yo fui con ella y me dijo que no quería hacer el amor con ese hombre, solo conmigo, aunque nos tocáramos todos. Yo le contesté que podía disfrutar todo lo que quisiera mientras a mi no me dejara de lado y estuviésemos juntos.

Nos desnudamos, mi mujer se acostó y yo a su lado besándonos y tocándonos. Despues empezamos a hacer un 69 y la otra chica por indicación de su pareja tambien se puso a chuparme a mi y él empezó a tocarle la espalda a mi mujer, a acariciarle las nalgas, a tocarle el culo, y mi mujer se corría .

La mujer de esa pareja se fue al water y yo seguía haciendo el 69 y el tipo tocándola, paramos y Carmen se acostó boca arriba y entonces el tío empezó a tocarle el clitoris y ella decía "¡¡¡¡qué me hacéis¡¡¡¡ me corrro¡¡¡¡ me arde todo el cuerpo¡¡¡¡"... y el tipo empezó a chuparle el chochito. Aquello era increíble...

Puse a Carmen otra vez encima en otro 69 y el tío empezó a frotarle su polla por las nalgas y yo veía como se acercaba a la entrada del coñito y al principio solo lo tocaba arriba y abajo con el glande. Mi mujer jadeaba, gemía como una zorra, yo me excité más y en un impulso, en la posición en la que yo estaba, alargué las manos y le di al tipo en las nalgas para que metiera su polla y la metió un poco.

Carmen protestó y dijo que qué me había dicho antes. Yo le contesté que solo la había frotado un poquito y que se relajase. Carmen volvió a chupar mi polla y el tío se la enchufó y yo veía como le entraba y salía y mi mujer se movía como una loca, echaba el culo para atrás, chillaba y suspiraba como nunca la vi. Yo le chupaba el chocho y veía como le estaba entrando la polla del tío, y la verdad estaba superexcitado.

Al acabo de un rato la sacó, dijo que se iba a correr y su pareja le comió la polla y la puta de mi mujer va y le ayuda y le come la polla y los restos de corrida y yo mirándola, entonces mi mujer va y me besa y me dice "prueba Manolitos" (el tipo se llamaba Manuel).

Se fueron al water, y despues fuimos nosotros dos. Cuando volvimos a las colchonetas, la mujer de la otra pareja, que casi no había participado, por lo de la regla, se vistió y nosotros seguimos allí. Carmen se puso a cuatro patas chupándole la polla y jadeando y yo intenté metérsela, pero no era capaz, porque ella tenía las piernas muy abiertas y el culo muy abajo, y en una de esas resbaló mi polla para su culo y ella dijo "este maricón me la quiere meter por el culo". Se salió de mi lado, se sentó encima de él y empezó a follarse al tipo como una loca, lo comía, decía "qué gusto, qué me haces...", yo nunca la había visto así.

A partir de ese momento, yo no existía. Jodieron de todas las formas y yo sin haberme corrido. Ella no hacía mas que cabalgarlo. Al final volví a intentarlo, pues como el tipo se acostó boca arriba, yo aproveché para meter mano a mi mujer e intentar metérsela, pero ella se puso a cuatro patas perpendicular al cuerpo de ese hombre y empezó a chupársela de nuevo y yo decidí ponerme detrás y penetrar su vagina, pero casi al momento de hacerlo, se me escapó de nuevo y volvió a cabalgarlo como una posesa diciéndole "qué polla mas gorda , qué dura, como me gusta, aaaaaaaaaaaaahh...".

Quise tocarle el clítoris, pero ella se pegaba tanto al tío que no me cabía la mano y pasaba olímpicamente de mí y dejaba que el otro le chupara las tetas, la besaba con unos morreos increíbles. Yo no puedo contar la infinidad de orgasmos que ella tuvo.

Entonces, como yo no había podido ni correrme, pues no había hecho nada, puse mis piernas entre la cara del tío de rodillas intentando arrimar mi polla a la boca de mi mujer, pero ella se agachaba para besarlo a él. Entonces, quedé alucinado, el tío me lamió la polla y entonces mi mujer, la muy zorra, le ayudó y sin más, me corrí.

Cuando salimos de allí, le dije que qué bien se lo había pasado, mientras la agarraba por la cintura y la besaba, y ella empezó a decir que no había pasado nada de lo que yo decía, y que además yo era el culpable, que ella no se acordaba... y discutimos.

Un día hicimos la paces y estábamos echando un polvo de campeonato y la trataba y la comía como el tipo que se folló, y empecé a preguntarle, cuando mas cachonda estaba, y a decirle que no me había importado que se lo hubiese pasado bien, que lo que me fastidiaba era que lo negase, diciéndole que ella tambien sabía que le había gustado, que a mí me gustará verla chillar como una loca y le preguntaba :

- "De uno a diez, ¿como lo valoras lo que te gustó?. ¿Estaba bueno ese tío?. ¿Cuánto de uno a diez?".

Y decía :

- "¡¡¡10!!!".

Ella se estaba corriendo de gusto, teniendo un orgasmo criminal y yo aprovechaba y seguía preguntando y empecé a decirle guarradas poco a poco para acabar diciéndole :

- "¿El tío tenía una polla enorme?".

Y ella jadeaba y contestaba :

- "¡¡¡Siiiiiiiiiiiiiiiiii!!!".

- "¿Como la tenía?. Dime...".

- "Enormeeeeeee".

- "¿Te gustaría volver a chupársela?".

- "Siiiiiiiii, siiiiiiiiiiiiiii".

Yo tambien le decía :

- "Imagina que te toca, te toca el culo... Mira, quiere metértela, que grande es, está torcida, te ve a follar...".

Y ella se corría de pensarlo.

Cuando acabamos de echar el polvo, no volví a intentar sacar de nuevo el tema, no fuese a ser que volviese a las andadas y volviéramos a tener bronca, así que solo le sacaba el tema cuando follábamos.

Al cabo de dos semanas, mirando anuncios en internet, vi que en Vigo había un club de parejas y decidí llevarla.

La convencí para salir con una faldita negra que tenía, muy corta, con dos aberturas pequeñas laterales y una camisa de sisa con cuatro botones y que se anudaba a la cintura con un nudo.

Nos bañamos juntos antes de salir y le afeité las ingles, bueno eso era la idea inicial, la verdad es que le recorté el chochito tanto que solo le quedó un triángulo encima del clítoris. Tambien le puse en la nalga un tatoo de los phosquitos del crío de "un delfín".

Cuando nos vestimos, ella decía que no podía salir así a la calle porque llevaba las piernas al aire y por los laterales de la blusa se le veían las tetas y lo mismo por el escote si se movía un poco, realmente estaba de muerte, yo le dije que se pusiera por encima una falda de licra que tiene por encima de las rodillas para salir de casa y que luego se la sacase en el coche, y por encima de la camisa una sahariana de media manga abrochada y así ya estaría tranquila.

Salimos de casa y ya en ruta, se sacó la falda de licra, aparcamos en Vigo en subterraneo, porque yo no sabía exactamente llegar al club y salimos a la calle, ella delante de mi. Mientras subía las escaleras del parking... jo... que piernas y que culito...

De esta forma cogimos un taxi y una manzana antes de la dirección nos bajamos. Ella iba como un flan y muy nerviosa, llegamos a la puerta del club, llamamos al timbre y nos salió una chica de unos treinta y tantos años. Bajamos unas escaleras y nos enseñó el local.

A mano izquierda una barra con taburetes y de frente sillas y mesas, y a mano derecha en un ambiente diferente un espacio de unos diez metros de lado, separado por unas plantas y los respaldos de los sofás que rodeaban ese espacio. A mano derecha de este espacio había una cortina y se pasaba a la pista de baile, al fondo otra puerta con cortinas y pasabas a las colchonetas, y a la derecha de la cortina de entrada de la pista había una cortina que separaba la pista de unas mesas que estaban enfrente de la barra en la que solo estaban los tíos que entraban solos. Lo cierto es que la barra estaba llena de tíos.

Entramos y nos sentamos en los sofás corridos que estaban de espalda a las mesas del fondo de la entrada, nosotros estábamos de espalda pero si mirábamos de lado veíamos la barra.

Pedimos la consumición, nos sirvieron, le dije a mi mujer que se sacara la sahariana, estaba tan nerviosa que le temblaban las piernas y se fue a hacer pis.

Cuando volvió a sentarse, le empecé a meter mano, a besarla y a tocarle el culo, que ya se le veía con solo sentarse. La empecé a besar, la incliné boca arriba encima de mis rodillas y nos besamos como locos.

Al cabo de un rato aquello se fue llenando de gente y yo veía como se sentaban, por el rabillo del ojo, ella ni se enteraba incluso alguna pareja se sentó al lado, ella se quiso sentar, al hacerlo vio la gente y se quedó cortada, yo le mentí diciendo que tampoco me había enterado, y quiso ir a bailar. Allí aun no había gente y yo le amasaba las cachas por debajo de la falda y se las ponía al aire.

Le dije que se sacara las bragas, me las guardé en el bolsillo y seguimos en la faena, y la fui arrimando a las cortinas que separaban de las mesas de enfrente de la barra, girándome, y bailando al mismo tiempo que la besaba y le tocaba las cachas o le tocaba el chochito. Lo hacía de tal forma que separaba la unión del medio de las cortinas, cuando ella estaba de espaldas a ellas, con lo que los tíos de la barra y los que estaban bebiendo en las mesas la vieran.

Hice esto varias veces y ella no se percataba, pero yo veía como los de las mesas la veían y separaban un poco las cortinas cuando ella no lo veía. ¡Se pusieron morados!.

De repente se empezó a llenar la pista de parejas, se fue arrimando alguna y un tío le tocó las nalgas, ella pegó un brinco y dijo de sentarnos. Nos sentamos y casi estábamos solos, bebimos, nos metimos mano, fuimos a mear y después de un rato largo volvimos a la pista.

Había dos o tres parejas y pasamos a las colchonetas, que estaban a rebosar de gente jodiendo, con lo que volvimos a la pista. Bailamos y nos achuchamos un poco y nos sentamos otra vez a beber.

Cuando nos sentamos empecé a meterla mano y se fue calentando, le dije que me enseñara el chocho, separó las piernas y se le veía todo. Yo tenía sus bragas en el bolsillo y le empecé a hacer una paja, en esto que viene el dueño, un tal Luis, a hablarnos, se sienta al lado mi mujer, que estaba cortada, y yo le decía que estuviera tranquila, que allí no la conocía nadie y le seguía metiendo mano, tocándole el chocho, y el dueño hablándonos como si nada.

En eso, le digo yo a mi mujer que cerrara los ojos, ella no quería pero al final lo hace y la toco suavemente, ella pega un brinco con un chillido y los ojos abiertos diciendo que quien la estaba tocando, yo le contesté que era yo, que no se pusiera así, y el dueño confirmaba mis palabras. Entonces la volví a tocar igual que antes diciendo:

- "¡Ves como era yo!, ¿luego no eres capaz de distinguirlo?. Cierra los ojos".

La volví a tocar diciéndole ¿me notas? y ella decía que sí, pero con voz temblorosa. La verdad estaba encharcada, el chocho era un lago Le hice señas al otro retirando yo la mano y le tocó el chocho y los labios suavemente, y cuando retiro la mano le dije a mi mujer:

- "¿Quien te tocó?".

- "Tuuu".

- "¿Estás segura?".

La volví a tocar y abre los ojos y me ve, los vuelve a cerrar y la toco diciendo:

- "Que chochito mas cachondo tiene mi mujer, ¿verdad Luis?", y el tío decía que sí, y empieza a tocarla. Cuando saco yo la mano y beso a mi chica, abre los ojos y protesta.

Yo le digo:

- "Si no notaste quien fue, y sino, a ver si adivinas".

Empezamos los dos a hacerlo despues de las protestas iniciales, y le dije:

- "Abre los ojos", y vio como la tocaba el dueño. Despues dijo :

- "¡Quiero ir a bailar", y se puso de pie. Yo, sentado como estaba, la agarré y le dije que me enseñara el tatuaje, entonces le levanté toda la falda, la toqué y dije :

- "Mira Luis que chulo es, ¿está bien puesto?".

Y el tío le pasa las manos por las nalgas diciendo:

- "Es un tatuaje muy bonito, tienes unas nalgas preciosas... que suaves".

Yo, por si acaso hay una reacción extraña por parte de ella, me levanto, la beso y el tío mientras tanto la sigue tocando. ¡Yo estaba como una moto!, y luego nos fuimos a bailar, y el dueño a la barra.

Bailamos casi en bolas, la pista estaba vacía, todos estaban follando dentro, la arrimé a las cortinas de antes y nos pusimos a follar de pie, ella de espaldas a las cortinas pero haciéndolas abultar hacia las mesas y yo intentando separarlas mientras masajeaba sus cachas sin conseguirlo. Pero un avispado de las mesas separa un poco la cortina, y yo separé una mano de su culo, con lo que el tío empezó a sobárselo y los demás miraban con ojos saltones. Ella gemía con el polvo y no se si se enteraba o no.

Despues nos fuimos a sentar, pedimos otra consumición y la tía que las trae nos pregunta si queremos conocer a un tío. Yo sin esperar digo que si, pero dentro de un rato.

Dejo pasar unos segundos, digo que voy a mear, y le digo a la camarera que venga un tío pero si tiene una polla gorda y grande. Me siento y no le digo nada a mi mujer. Vuelve la camarera a preguntar si queremos que venga el tío y le digo bueno que venga, mi mujer protesta un poco y yo la convenzo de que solo charlaríamos un poco y que no iba a pasar nada.

Vino el tipo, se presenta muy formalito, nos ponemos a hablar, no pasa nada y empiezo a sobarla otra vez y a decirle al tipo :

- "Mira que chochito, ¿te gusta?".

Le hago una paja a mi mujer y le digo al tipo :

- "¿Quieres?".

Y el tío empieza a tocarla mientras yo la pajeo. Le saca las tetas fuera y se las besa, las toca, las chupa, y yo de nuevo empalmado como una estaca y mi mujer corriéndose y gimiendo pero intentando reprimirlo.

Propuse ir a bailar y fuimos los tres, yo por delante y el tío por detrás frotándose, pero sin sacar la polla. Yo me la saco e intento metérsela pero me resbala, nos sentamos en un sofá que había en la pista y seguimos. Me acuesto y le digo a mi mujer :

- "¡Quiero comerte el chocho!".

Y ella se pone a cuatro patas encima de mi y empiezo a chuparle el clítoris mientras le agarro y acaricio la espalda, el tipo se pone tambien a tocarla y se saca la polla. ¡Dios, que pollla!.

Le saco la blusa y la falda y nos quedamos en bolas, me pongo a comerle el chocho y a decirle :

- "¡Mira que polla tiene, tócasela!".

Se la coge y empieza a meneársela.

- "¡Chúpasela!", le digo, y se la agarra con la boca rápidamente diciendo :

- "¡Siiiiiii, que gorda!".

- "¿Te gusta?".

- "¡Siiiii, me gusta muchooo....", berreaba como una cerda.

Al poco rato cambiamos de posición, me senté en el sofá, a ella la puse de pie enfrente de mi y le dije:

- "Chúpamela a mi un poco", y se agachó para chupármela con la otra polla en la mano. Estaba como una posesa.

- "Quiero tocarte el chocho y así no puedo, estírate pero no dejes de chuparme", y lo hizo, con lo que yo le tocaba el coño, y su culo quedaba mas alto, que era lo que yo pretendía. Ella seguía con la polla del tío en la mano gimiendo como una puta y el otro acariciándola.

Le tiré de una mano al tío para que se pusiera detrás de mi mujer y lo hizo lentamente, tocándola con las manos y besándole el cuerpo hasta ponerse en posición frotándole la polla y metiéndosela. ¡Que chillidos dio mi mujer tan pronto le metió la polla el tio!. Empezó a chillar como una cerda.

Otra vez era una puta cerda, guarra, se corría de un orgasmo en otro, temblaba, saltaba, gemía, y decía :

- "¡Como me gusta!, ¡que polla!, ¡que grande!, ¡este si que sabe follar!".

Por miedo a que volviera a pasar lo de la otra vez, me levanté y la puse apoyada con las manos en el sofá y se la enchufé yo, pero ella se movía intentado coger la polla del tío, con lo que volvimos a cambiar de posición, me senté yo, la puse a ella de espaldas a mi sentada encima y seguí follándola y el tipo con la polla a la altura de su boca, ella chupándosela y tocándole los huevos... Casi se ahogaba, chillaba tanto que se debía oír en todas partes. ¡Hablaba igual que una puta!.

Como era normal, entraron algunos de los mirones de la cortina y a ella ya le daba todo igual, la tocaban, le masajeaban el clítoris y ella estaba en la gloria.

Con tanta excitación, me corrí, pero le pasé una mano alrededor de la cintura para que no se escapara ,malos recuerdos que tiene uno, un tío le metió dos dedos en el chocho y ella ale a seguir chillando mas.

En esa postura el tío se pone de rodillas, la empieza a besar, ella responde como una ninfómana y se la mete.

- "¡Esto es una polla!, ¡que grande!, ¡como la siento!, ¡que me haces!".

Y va uno de los mirones, le mete un dedo en el culo y ella a chillar mas.

El tío dice

- "¡Me corro!", se sale, se la mete en la boca y se corre. Cuando acaba, ella sigue chupando y luego le saca la mano al mirón con una mirada de asesina, se pone de pie y dice :

- "Vamos a sentarnos".

Yo le digo que bueno, y quiere coger la ropa, la cojo yo y le digo que nos fuéramos, y me la llevo en la mano para que venga en bolas detrás de mi para los asientos, ella no quería, pero al final lo hace, con lo que ya la ve todo el mundo.

Quiere vestirse en los asientos para ir al water y le digo que vaya así para no mancharse... y tambien lo hace, y el tío cabron me dice:

- "¡Que buena está tu mujer!, ¡que suerte tienes de tener una puta así!", y varias cosas mas en el mismo tono :

- "Como la mama tu puta, que estrechito es el coñito de la zorra, menuda puta...".

Vino mi mujer, se vistió, me pidió las bragas pero no se las di, salimos para la calle atravesando el local y yo tocándole el culo con una mano y ella empezando a protestar diciendo que la iban a ver.

Ya en la calle, no hice comentario alguno, anduvimos unos 200 metros, doblamos la esquina y un poco mas adelante paré un taxi para que nos llevara al parking que quedaba lejos y como ella ya iba como una mojigata otra vez, al poco de sentarnos la arrimé hacia mí en asiento de atrás, con lo que quedaba en el medio, le separé las piernas y el pobre viejo taxista no sé como no quedó bizco mientras conducía mirando por el espejo retrovisor el chocho de mi estrecha mujer.

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