viernes, 12 de octubre de 2007

Cuernos sobre ruedas

Mi mujer, una hermosa hembra blanca de 45 años, aunque parece tener 10 años menos, es una autentica apasionada de los hombres negros, a nivel sexual son sus mejores amantes y amigos, aunque diré que también tiene una gran experiencia en hombres blancos.

En los más de 25 años que llevamos juntos, habrá tenido una treintena de amantes, de ellos el 30% hombres negros. Yo tengo 10 años más que ella y nos casamos hace 20 años. La misma noche de bodas ya tuvo una aventura con un amigo común, negro por supuesto, de le desvirgó su culo, ya que su virgo me lo había prometido a mi, pero una vez desvirgada, su agujero ha conocido todo tipo de aparatos.

Yo siempre he sido un fiel servidor de sus amantes, e incluso un par de ellos, uno de ellos un negrazo con un gran aparato, me han enseñado las delicias de la sodomía.

Desde hace 3 años tiene un amante fijo negro, que vive en otra ciudad pero suele venir mucho por la nuestra por motivos de trabajo, y si puede cuando viene se queda en casa a dormir, si no ella pasa la noche con él en su hotel al que yo debo llevarla, a veces espero en el coche y otras me vuelvo a casa y la espero hasta que llega bien satisfecha y “rellenita”, también alguna vez me “permiten” subir y ver sus juegos, o incluso voy a buscarle a él al aeropuerto.

No obstante ella tiene algunos amantes ocasionales y también por su trabajo debe viajar mucho, por lo cual en cada viaje mis cuernos crecen inevitablemente.

Ayer era el día en que venía su amante a nuestra ciudad y la historia fue muy excitante. Pasé a buscarla al trabajo y fuimos juntos al aeropuerto a buscarle a él. Nada más verse se dieron un profundo beso en la boca, mientras yo cogía el equipaje de él. Hasta que llegamos al coche, una amplia van, fueron dándose achuchones y haciéndose cariñitos. Una vez llegamos al coche, ellos se sentaron en el asiento de atrás y apenas habíamos salido del aeropuerto que está a unos 10 minutos de nuestra casa, y ya estaban morreándose y metiéndose mano.

Unos días antes ella se había empeñado en comprar una cámara de video de alta resolución y un DVD portátil que había conectado a la cámara de forma que desde mi puesto de conducción podía ver perfectamente casi sin distraerme sus evoluciones en la parte trasera del coche.

Mire el monitor de TV al incorporarme a la autopista y ella ya estaba sobre su polla que había sacado del pantalón, dándole una estruendosa bienvenida mientras él hablaba conmigo del tiempo, del trabajo, etc…

Ella se paró un momento en su mamada para decirme que diera un rodeo antes de llegar a casa, pues quería hacerle una mamada completa y ambos tienen mucho aguante, con lo cual me salí de la autopista para coger una circunvalación.

Durante casi 30 minutos estuvimos circulando por autopistas hasta que él le brindó una abundante corrida en la boca que ella tragó integra “para no manchar la tapicería del coche”. Después él le dio un fuerte morreo mientras le hacia un habilidoso tratamiento del clítoris que nos llevó otros 20 minutos largos, en fin que más de una hora después llegábamos a nuestra casa.

Entramos en el garaje del edificio y mientras yo sacaba el equipaje de él, ellos seguían jugando, de hecho mi mujer ya iba sin sujetador ni bragas, que él lucia en el bolsillo de su traje.

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