viernes, 12 de octubre de 2007

Cómo lo conseguí

Os contaré cómo conseguí que mi novia Silvia se acostara con otro hombre. Silvia es una joven de 26 años, castaña con mechas rubias, ojos verdes, tiene un buen cuerpo, mide 1,60 y pesa 55 kilos.

La historia transcurre en este verano del 2004 cuando nos cogimos dos semanas de vacaciones cada uno en nuestras respectivas empresas. Con Silvia a lo máximo que había llegado es a ir a playas nudistas, vamos a una en las que hay muchos mirones, o que nos miren mientras follamos cuando lo hacemos en el coche. Pero no se lanzaba a la aventura de hacerlo con otro hombre.

Para estas vacaciones pensé la posibilidad de ver a Silvia liada con otro hombre, así que le dije que qué le parecía el que nos fuéramos las dos semanas a un camping nudista que hay cercano a nuestra localidad. Ella accedió sin ningún reproche.

Cuando llegó el momento de partir, cargamos las mochilas y tiramos para el camping. Lógicamente el camping en verano estaba con bastante gente, pero se podía estar tranquilo, así que vimos un hueco y colocamos nuestra tienda. Nos faltó tiempo para quitarnos la ropa y disfrutar de la naturaleza.

Cuando llevábamos dos o tres días, me di cuenta que al lado nuestro había una caravana en la cual había una pareja mas mayor que nosotros, él tendría unos 50 años y ella 45 mas o menos, y veía como el tipo no apartaba la mirada de Silvia, la cual al igual que yo se dio cuenta.

Poco tardamos en entablar conversación con ellos y la verdad es que congeniamos muy bien. Un día que Silvia fue a las duchas a darse un baño, me crucé con Carmen por el camino y empezamos a hablar, y no se porqué salió la conversación que le dije:

Yo: Si, porque tu marido no le quita ojo a Silvia.

Carmen: ¿Te molesta?.

Yo: No, la verdad es que llevo bastante tiempo intentando poder realizar nuevas relaciones sexuales.

Carmen: Si quieres te ayudo a realizarlo.

Y ahí empezó a contarme Carmen un plan en el que ella y no yo como llevaba tiempo intentando convenciera a Silvia de mantener relaciones sexuales en este caso con su marido. Había que planearlo todo y además tendría que quedar de manera que Silvia no notara nada.

En los días posteriores veía como Silvia y Carmen hablaban mucho, y bueno las veía muy unidas, siempre intentaba que Silvia se acercara a su marido, este ya estaba avisado del juego.

El juego de Carmen consistía en hacerle pensar a Silvia que desde que el marido le vio a ella, Carmen se sentía mas recompensada en la cama, ya que su marido cuando lo hacía le decía a Carmen que le gustaría que la que estuviera en la cama fuera ella.

Silvia al principio lo veía mal, pero bueno, la verdad es que Carmen sabía guiar bien a Silvia.

Un día estaba yo en la tienda de campaña cuando noté como alguien abría la puerta, era Carmen para avisarme que esa tarde podría ocurrir algo. Me dijo que intentara no estar muy cerca de Silvia en toda la tarde ya que habían quedado las dos en la caravana para ver unas cosas.

El plan consistía en que cuando ellas dos estuvieran allí, aparecería su marido y Carmen se disculparía por que tendría que salir un momento y con lo que le había hablado ya Carmen estaba segura de que ahí ocurriría algo.

Todo fue ocurriendo como Carmen me decía, ella llegó a la tienda y me dijo:

Carmen: Ya se han quedado solos, esperemos que surja algo.

Yo: ¿Qué hacemos?.

Carmen: Le daremos un tiempo y nos acercaremos por detrás a ver que hacen.

Y así hicimos, a los 10 minutos aproximadamente nos fuimos para detrás de la caravana y nos asomamos por una puerta pequeña que tenían. No me lo podía creer, Silvia le estaba haciendo una mamada impresionante al marido de Carmen, éste estaba recostado en la cama de la caravana y Silvia se la comía como nunca lo había hecho.

Después fue el turno de ella. Él la acostó en la cama y le abrió las piernas metiendo la cabeza entre ellas. Por la cara y los gemidos se podía ver que se lo estaba haciendo bien, la verdad es que no tardó mucho en quitarse, tenía ganas de follarse a Silvia según me había comentado Carmen, así que no dudó en quitarse, prepararse la polla en la entrada del coño de Silvia y empezar a bombear.

La cara que ponía Silvia era la de una autentica puta, gemía como una perra, mientras Antonio le folla con fuerza. Después de estar un buen rato follándose a Silvia, ésta se giró y poniéndose a cuatro patas, pude ver como Antonio le penetraba análmente. A Silvia no le gusta mucho pero creo que debido a excitación, la verdad es que yo tenía un empalme de mil pares de cojones, Carmen se dio cuenta y me dijo:

Carmen: ¿Era lo que tú querías verdad?.

Yo: Sí, era lo que esperaba ver desde hace tiempo.

En un acto instintivo me estaba tocando la polla mientras seguía viendo a Silvia, como Antonio se la follaba por el culo además de insultarle, y como ella gemía y pedía que se corriera. Era maravilloso, mientras mirábamos puede notar como Carmen también quería participar en este caso conmigo y aunque no era la mujer con la que me hubiera acostado nunca, le dejé que mientras mirábamos me hiciera una paja.

La verdad es que la excitación máxima que poseía hizo que me corriera muy pronto, era normal, ya que Silvia pedía a gritos la leche de Antonio. Ella tampoco tardó mucho en llegar, lo que provocó que gran cantidad de leche de Antonio quedara dentro, pero otra mucha también quedara derramada por la espalda de Silvia.

Esa noche cuando estaba en la tienda con Silvia echamos el polvo de nuestra vida, ella nunca me contó lo de Antonio, ni lo de esa noche ni los otros tres encuentros que tuvo, aunque yo fuí un voyeur de exención y pude ver como la puta de mi novia por fin disfrutó de otra polla que no fuera la mía.

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