viernes, 12 de octubre de 2007

Amistad y cuernos

Cuando mi esposa , la Sofi, me dijo que aceptaba el que metiéramos a otro hombre a nuestra cama (después de años que yo llevaba insistiéndole), yo mismo le ayudé a buscar hombres por la red.

Y no niego que fue exquisito poder mirar mientras ella me puso los cuernos con ese desconocido esa vez. Y también nos gustó esa otra segunda vez, donde elegimos a otro hombre para esa ocasión. Pero a mi mujer le empezó a dar vueltas eso de los riesgos que hay en siempre andar probando nuevos hombres y las posibilidades de contraer enfermedades.

No niego en todo caso que yo estaba feliz al ver a mi esposa revolcarse en las sábanas con distintos machos. Pero ahora era ella la que quería parar la cosa o elegir a un hombre estable. Y como vi que nuestras conversaciones no parecían llevar a un acuerdo, decidí dar mi brazo a torcer y le prometí que ella iba a poder elegir a quien quisiera.

Ella se tomó todo el día para pensarlo, incluso el día siguiente, para elegir a un corneador estable. Ella me prometió que para compensarme, una vez al mes podríamos tener cita con algún desconocido que ambos aprobáramos. Recuerdo que estábamos en la intimidad de la cama, dándonos caricias y listos para tener sexo. Me subí encima de ella, le metí la verga y me empecé a mover suavecito, juguetónamente. Fué ahí cuando le hice la pregunta que cambió nuestras vidas:

Y ya te decidiste por alguien, mi amor?

Ella gozaba de mi verga y picaronamente me sonrió asintiendo, pero sin contestar.

Y quien será el afortunado? – le pregunté, mientras me movía dentro de ella.

Ella me recordó que yo había prometido aceptar a quien fuera que ella eligiera.

Un extraño escalofríos recorrió mi espalda cuando escuché el nombre de Marcos.

Marcos!? EL MARCOS? Mi amigo Marcos?! – yo no podía creerla, pero a la vez el tener la verga bien metida en el coño de mi esposa no me permitía más que continuar dándole y disfrutando de su sabrosa concha. Ella estaba en ventaja.

Ella bien segura de su elección me confirmó de que era el mismo Marcos del que estábamos hablando. "Bueno, tú sabes, él es soltero, atractivo, entretenido, y bien macho para sus cosas. Tú sabes que él me gusta un poco..."

La Sofi se puso a argumentar sobre su elejido, y yo, excitado como estaba, sólo veía imágenes cachondas desfilar delante mío de cómo Marcos se la iba a gozar. Y la interrumpí en medio de su discurso:

Así es como quieres que el Marcos te tenga? – Y comencé a meterle la verga hasta el fondo de una manera gozadora. Mi mujer, que también estaba excitada y ahora incluso conforme de que yo lo asumiera de buen grado, se concentró en mi verga y cerró los ojos disfrutando de mis movimientos y palabras. No contestó nada, pero gozó...

Así te va a tener – le dije – te va a meter la verga hasta el fondo y te va a chupar las tetitas así – y comencé a mamarle las tetas, besándolas y lamiéndolas. La Sofi cerró sus ojos y parecía bien metida en la fantasia donde Marcos era quien se la estaba cogiendo. Ella misma se movía rico y gemía de placer...

Como aclaración debo decir que Marcos no sólo es mi mejor amigo, sino que ahora trabajamos juntos. El es mi compadre y lo conozco desde antes de casarme con la Sofi. En esa época él y yo éramos atractivos, pero donde yo me casé me puse algo gordo y yo ya no me arreglo tanto como él. Ni tampoco niego que en su momento a ambos nos gustó la Sofi. Sólo que yo ahí me había comprado un auto y tenía trabajo, mientras que él aún era algo irresponsable.

La Sofi me prefirió a mí, aunque una cierta atracción a la distancia siempre se sintió en el aire durante todos estos años. Pero tampoco puedo dejar de lado el reconocer que en más de una ocasión cuando le pedí a la Sofi que probáramos un trio, él estuvo en mis pensamientos. Sólo que mi amorcito ahí ni siquiera me daba la oportunidad de presentarle a un candidato. Simplemente me trataba de perverso y ahí quedaba el tema. Quizás por eso se sentía raro el que fuera ahora ella quien lo propusiera a él, y de hecho hasta ya hubiera decidido que Marcos iba a ser mi corneador.

La decisión estaba tomada. Y con eso nos pegamos un polvazo de miedo. Ambos fantaseando con lo mismo: que Marcos estaba encima de la Sofi, metiéndole la verga hasta el fondo y llenándole el coño con su leche! Nos hicimos mutuamente reconocerlo cuando terminamos de coger.

Eso pasó un domingo. Ni el lunes ni el martes tuve oportunidad de hablar con calma con él. La verdad es que era yo quien aprovechaba cualquier situación para estimarla como de riesgo y no hablarle a él del tema. La Sofi empezaba a perder la calma al sospechar que era yo quien dificultaba que esto se concretara.

Me dió como plazo el miércoles en la tarde. Si no le traía la respuesta de Marcos, positiva o negativa, pero una respuesta, ella iba a terminar con los trios. Recién pasado el mediodía nos tocó salir en una misión en camioneta, a Marcos y a mí. El pasó por su armario a buscar algo.

Yo iba manejando cuando lo vi mirar una revista porno que él hojeaba. Ahí él se puso a hablarme de clubes de parejas y gangbangs y otras cosas. Haciéndo como que yo estaba más concentrado en conducir, le dije que con la Sofi a veces pensábamos en probar algo así, en ir a algún club de intercambio o algo parecido. Pero que como no sabíamos de ninguno, jamás se concretaba. El me miraba interesadísimo y comenzó a bombardearme a preguntas y hasta se ofreció gentilmente a darle a la Sofi una sorpresita entre los dos.

Yo tenía la verga a mil y me trataba de concentrar en el tráfico, la boca se me secaba, las manos me transpiraban al escuchar a mi compadre ofrecerse para ir a darle verga a mi mujer. Yo le respondí que si nos decidíamos por algo, que se lo haríamos saber. El quedó feliz con mi respuesta, y tanto se dedicaba a mirar la revista porno, como hacía comentarios de lo deliciosa que estaba la Sofi. Recuerdo claramente que hasta me preguntó si la Sofi "se dejaba coger por atrás", y recuerdo su radiante cara cuando le confirmé que sí. Recuerdo incluso su cachondo tono cuando fantaseando con eso dijo "Así me la quiero tener!".

Yo cumplí con lo mío y le di la respuesta a la Sofi. Satisfecha con mi diligencia, me llevó a la cama a coger, y mientras lo hacíamos me dió instrucciones para que lo trajera a casa para el viernes. Cuando al día siguiente, jueves, le dije a Marcos que la cita iba, a él se le hicieron interminables las horas de ese día y del siguiente.

Yo sentía una rara mezcla de satisfacción de que faltara tanto para que así el anduviera como animal en celo pensando en mi mujer, y por otro lado sabía que cada hora que pasaba llevaba inevitablemente a que mi compadrito me pusiera los cuernos con mi cachonda mujer y la utilizara sexualmente a su gusto.

El viernes nos fuimos volando a casa luego del trabajo. No sé qué nos esperábamos con Marcos, ya que cuando llegamos a casa ella estaba vestida como siempre, por así decirlo: una blusa, falda. La casa se veía como siempre.

De hecho ella nos hizo pasar y nos atendió como de costumbre, cariñosa, algo más tímida quizás. Eso como que creó una cierta distancia, un principio de enfriamiento a nuestras expectativas masculinas. Nos sentamos en el sofá, yo al medio ya que ella estaba sentada a un lado. Sobre la mesita de centro habían cervezas. Eso era un buen comienzo. Los tres queríamos que pasara algo, pero no pasaba por ahora...

La hice sentarse al medio para facilitar la cosa. Ella me informó al oido que en el video había una pelicula porno que tal vez podríamos ver. La cinta ya había empezado a correr hacía un rato, y al poner el canal del video, lo primero que vemos es una pareja dándose duro en la cama. Quejidos y rugidos, y en pocos segundos el hombre comenzó a correrse en la cara de ella. Se sentía algo así como un anticlimax por lo rápido de la escena.

Pero como los tres sabíamos para qué estábamos allí, le dije a Marcos que corriera todas las cortinas para que todo quedara más oscuro. Más que rápido él lo hizo, mientras yo adelantaba la cinta para ver la siguiente escena.

Ese era un trio con dos hombres y una mujer al medio. Mientras la cinta corría, acaricié la espalda de la Sofi y le di unos ricos besitos en su boca. Ella me los recibió con gusto, y entre que mirabamos la película y yo la acariciaba, nos fuimos entusiasmando.

Cuando ella miró a Marcos, él entendió que era su turno de acariciarle la pierna a la Sofi. Yo le fui desabotonando la blusa a mi amorcito, y Marcos se dedicó a manosearle los blancos muslos a mi esposa. Por su actitud, supe de inmediato cuando a mi amada le estaban acariciando el coño. Pero ahí yo ya estaba entretenido besándole las tetas y quitándole la blusa. Marcos se encargó de quitarle las bragas a la Sofi. Para ir a la par con lo que ocurría en la película, saqué mi verga e hice que mi amorcito comenzara a mamármela, mientras yo le ordenaba a Marcos que se desnudara. Cuando él lo hizo, le cedí mi lugar en la boca de mi esposa para yo poder desnudarme.

Fue exquisito el ver a mi mujer mamarle la verga a mi mejor amigo. Ella mamaba que era una delicia. Sus rojos y bonitos labios rodeaban el grueso tronco de la verga de Marcos. Y ella lo disfrutaba como si llevara años esperando por ese momento.

Yo me puse a un lado y también metí mi verga en su boca para que la Sofi gozara de ambas y no dejara a su marido de lado. De ahí la hice acostarse en el sofá, algo reclinada contra una esquina, y procedí a darle verga por el coño a mi amorcito, mientras mi compadre no perdía oportunidad de seguir cogiéndose a mi mujer por la boca.

Hubiera querido salirme, pero al levantar la vista luego de besar sus tetas, lo primero que veo es la verga de Marcos bien metida en la boca de mi amada esposa, y ella mamando con todas sus fuerzas y sujetando la verga con una mano como para impedir que ese miembro se le escapara de la boca. Fue demasiado y no pudiendo contenerme, me corrí en el coño de la Sofi al ver cómo ella lo mamaba. Ahí le cedí mi lugar a Marcos.

El tenía otros planes, algo que la Sofi estaba encantada de hacer. El se sentó en el sofá donde ella había estado, y la hizo cabalgarlo. Como ella aún tenía la falda puesta, Marcos se encargaba con la mano de sujetarla para que su culito quedara totalmente expuesto.

Para mí como marido cornudo esa era una visión celestial: el ver el culo de mi mujer volar por el aire para ensartar su jugoso coño más y más en la verga de mi mejor amigo. Y él tanto le daba palmaditas como la acariciaba, incluso le acariciaba la entrada del culo con uno de sus dedos. Y la Sofi lo cabalgó rico y duro hasta que ya no pudo más y tuvo su orgasmo en medio de grandes convulsiones, lo que también provocó que Marcos se corriera en ella. Y como no habíamos siquiera pensado en condones, toda la leche de mi compadrito fue recibida en el coño de mi mujer hasta su última gota.

Está demás decir que de ahí seguimos viendo la película y cogiendo por toda la casa. Y aunque en esa ocasión no se concretó, ya para la siguiente Marcos estaba cogiéndose a mi mujer por el culo, y sin condon. Para mí es indescriptiblemente exquisito el prestarle mi mujer a mi mejor amigo y poder ver cuando ellos lo hacen.

Me gusta ver desaparecer la verga de mi compadrito en el coño de mi mujer, y me gusta el ver lo llena de leche que me la entrega una vez que él esta listo con mi esposa. Y me excita enormemente el verla a ella acostarse en la cama, separar sus piernas para él, y ver cómo se besan apasionadamente mientras sus sexos se unen en esa lucha donde ambos ganan y quedan felices. De hecho me encanta lo sumisa que ella se vuelve para él, obedeciéndole y complaciéndole en todo, mientras él toma más y más control sobre mi mujer y a veces la hace jugar al rol de puta, donde él la trata de esa manera y la hace contarle sobre sus otros clientes y lo que hace con ellos.

Yo mismo tengo un juego favorito donde soy un marido pasivo y cabrón, un cornudo. Y Marcos goza diciéndome cosas tales como: "Mira cabrón como tengo a tu mujer!", o la hace a ella contarme qué tan adentro él le tiene metida la verga en su culito. Como todos sabemos que es un juego, yo con gusto participo y me dejo humillar por mi compadre, y gozo viendo a mi mujer satisfacerlo sexualmente por todos sus hoyitos. Siempre sin condon, para disfrute de todos.

Desde esa primera vez se creo una especie de complicidad que nos ha acompañado todos estos años. La Sofi cumple con su palabra y por lo menos una vez al mes probamos a un desconocido.

Pero quien conquista su coño y la hace gozar a fondo, es sin duda alguna Marcos, mi compadrito del alma. A menudo, cuando estamos trabajando en zonas donde nadie nos escucha, nos ponemos a hablar de mi mujer y él me pone a mil contándome cómo se la quisiera estar gozando por todos sus hoyitos, y las cosas humillantes que me diría mientras se corre en mi amorcito y la trata como a su esclava sexual.

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