viernes, 12 de octubre de 2007

Al fin

Ahí estaba yo, impaciente, en la habitación de un hotel de Ibiza, a las siete de la mañana, esperando que había sido de mi esposa Inma, de la que no sabía nada desde hacia cinco horas, con la intranquilidad que dentro de otras tres horas debíamos de salir hacia el aeropuerto, para regresar a nuestro domicilio, después de pasar una semana de vacaciones en la isla.

Todo empezó por mi fantasía, que tenía desde hace muchos años. Somos un matrimonio de 15 años de casados, ambos tenemos en la actualidad 40 y con un hijo de 10 años de edad. Habíamos sido novios desde los 18 años, ella solo me ha conocido a mi como hombre, había tenido algún novio con los cuales no pasó de los besos, por mí parte fui algo más promiscuo tanto antes como durante el noviazgo, en el cual tuve relaciones con varias chicas, destapándome en un periodo en el que cortamos con Inma nuestro noviazgo, en el cual ella también tuvo algún escarceo con un chico, llegando a tener toqueteos, magreo y masturbación.

A la vuelta de nuestra ruptura y pronto matrimonio, en mi cabeza entro la fantasía de que tuviera relaciones con otros hombres, haciéndose cada vez más persistentes en mis pensamientos, los cuales incluí en nuestros juegos de acoplamiento, entrando en gozo, cuando me explicaba la relación con el chico que habían llegado a masturbarse y reconociendo que si hubiéramos tardado un poco más a reconciliarnos, habría llegado a follar con él, pues reconocía haber disfrutado de la relación. Todos estos recuerdos nos ayudaban mutuamente a excitarnos en la cama, pero una vez pasaba todo; ella me decía que solamente me quería a mí y no necesitaba ningún otro hombre en la cama.

Durante estos quince años de matrimonio, mi deseo y fantasía iba en aumento, y cada vez necesitaba más de este relato y de otros que ella se inventaba, contándome historias imaginadas con hombres que en alguna ocasión me hacía dudar si eran realidad, lo que hacía volverme loco de excitación y deseo.

Había llegado el punto que por mi parte en la cama y cada vez que iniciábamos una relación de sexo, necesitaba de mi fantasía, consiguiendo de ella, que sintiera curiosidad y deseo también por experimentar la experiencia. Pero no llegaba nunca a consumarse, por falta de oportunidades y valentía mutua por provocar y buscar la ocasión.

Todo ello llego por si solo. En mi empresa y a través de un concurso de ventas, fui merecedor de un viaje de una semana a Ibiza. Llego el día de la marcha, dejamos a nuestro hijo a cargo de los abuelos maternos y nos fuimos a disfrutar de una merecida semana de vacaciones pagadas.

Durante los primeros días, disfrutamos de la vida diurna de la isla en las instalaciones del hotel y en la playa, donde mi mujer hacía topless en las calas que descubríamos, junto con otras gentes que hacía desnudo integral, excitándome dicha situación y calmando mi fogosidad casi a diario, momentos en los que surgía de nuevo mi fantasía. Conocedor de la marcha de la isla, fui proponiendole intentar buscar alguna experiencia ó situación que satisficiera mi deseo, aunque fuera minimamente verla ligar ó bailar con otros hombres.

Una noche fuímos a una disco recomendada por el personal del hotel, donde encontramos un ambiente que nos agrado y ahí iniciamos mí anhelado juego. Ella bailaba en la pista y yo miraba desde la barra. Llego a bailar con otros hombres que se le acercaban, ritmos sensuales que invitaban al roce, ella se lo pasaba alegremente y yo disfrutaba de la situación.

Ya en el hotel, me explico de las insinuaciones y toqueteo de algún lanzado, que a ella le habían agradado y que a mi excitaba en sobremanera. Dicha noche tuvimos un polvo extraordinario, en el cual insistí y suplique que en la siguiente noche adelantara en sus escarceos, intentando convencerla que la experiencia que nos ayudaría en nuestra relación y que no pasaría nada que ella no quisiera, pues ahí estaría yo para vigilarla y protegerla.

Esa noche, la última que pasabamos en Ibiza, nos fuimos a cenar a una marisqueria, donde me encargue bebiera un poco más de la cuenta con un par de botellas de cavas. Del restaurante fuimos directamente a la discoteca de la noche anterior, donde iniciamos de la sesión de nuevo tomando algún que otro combinado, el local se iba ambientando y en la pista de baile, yo insistía en mi juego, al cual Inma accedió y me invito a que me sentara y observara como bailaba e intentaba provocar algún ligoteo.

No tardaron en acercársele un par de chicos algo más jóvenes y de buen aspecto, que alternaban sus atenciones en mi morena Inma y una rubita que también bailaba provocadoramente sola en la pista. Del acercamiento de ellos, pasaron a hablar y bailar todos cuatro juntos, acercándose a tomar una bebida a la barra, momento en el que Inma aprovecho para venir a verme, con la excusa de ir al servicio.

Me explico que se lo estaba pasando “bomba”, que los chicos eran italianos, llamados Marco y Fabio, reconoció que ambos eran muy simpáticos y que estaban buenísimos, que el primero, el más alto y moreno parecía interesarse por ella y que el tal Fabio, algo más bajo y de complexión fuerte tenía preferencia por la rubita, que resulto ser francesa y llamarse Ivonne. La anime para que siguiera con la juerga y que intentara llegar más lejos con Marco si era de su agrado y que el limite lo ponía ella; a lo que respondió que no jugara con fuego, pues se sentía muy animada y dispuesta, que podía haber llegado el momento que me pusiera los cuernos tan pretendidos por mi.

Yo viéndola de esta manera, me excitaba por momentos y la provoque diciéndole que no pasaría de algún beso inocente, a lo que me contesto “tu verás….” y se fue al encuentro del grupo.

Los estuve observando un rato largo y la verdad que me sorprendió y excitó lo que estaba viendo, los italianos habían hecho su reparto de las chicas, y en los bailes y descansos en los reservados fueron adelantando en sus escarceos, la francesita parecía bastante bebida y en el sofá vi como el tal Fabio la besaba y le tocaba los pechos mientras le magreaba el paquete; en cuanto a mi mujer empezó a darse un espectacular lote con Marco, dejándose meter mano por debajo de su sensual faldita, la cosa estaba al rojo vivo y prometia.

Inma se levanto del reservado y fue hacía los lavabos, donde yo me dirigi a su encuentro, pues imaginaba quería cambiar impresiones; cuando nos encontramos, debido a mi excitación la arrincone y le di un morreo, metiéndole mano en su coñito, encontrándolo mojado y caliente, estaba excitadisima y me pidió volver al hotel y que la follara hasta reventar. Yo
quise provocar la situación y la invite a volver, respondiendome que no se
hacía responsable de ella misma pues se encontraba muy caliente y no sabía
si podría resistirse a los escarceos y propuestas de Marco, invitándola a
irse los cuatros a su apartamento para acabar la noche.

Oyendo yo esto, le propuse el juego de esperarla a la hora fija de las dos de la noche en la puerta de la sala, que si la encontraba ahí sabia que volvía conmigo y que sino es que había decidido irse con ellos y que la esperaría impaciente en el hotel. De nuevo se fue en busca de ellos, diciendome a modo de reproche que arriesgaba mucho y que no sabía como acabaría el juego pues su cabeza daba muchas vueltas y que estaba muy caliente. Yo otra vez solo, decidí ponerle morbo al tema y deje de espiarles en su reservado y me fui a tomar una copa a otra sala de la disco, esperando pasara el tiempo y esperarla a la hora fijada en la puerta principal.

A las dos en punto yo estaba esperando en la puerta, impaciente y convencido de la llegada de Inma para que me explicara con detalle lo vivido en ese rato. Para mi sorpresa paso media hora y no salió, por lo que volví dentro del local y la busque, comprobando que ya no se encontraba dentro. De nuevo en la salida verifique que el local tenía dos puertas de entrada y salida iguales, acojonandome ante la incertidumbre de saber si Inma había salido en mi busqueda en otra puerta diferente donde yo la estaba esperando ó por el contrario había decidido seguir con su aventura.

Me dirigí ansiosamente hacía el hotel, esperando encontrarla allí para
finalizar follando juntos y por otro lado deseando que no estuviera para al
fin conseguir hacer realidad mi fantasía. Evidentemente no estaba en la habitación, y empezó mi impaciente espera con una mezcla de sensaciones de excitación, preocupación, intranquilidad y paroxismo. Las horas iban pasando y todas estas sensaciones se acrecentaban por momentos, no consiguiendo dormir en ningún momento. Llegado el momento en que la preocupación era mayor que la excitación, pues eran cerca de la siete de la mañana y no tenía noticias de ella, a punto de llamar a los hospitales o policía, preocupado por ambos pues al cabo de tres horas debíamos partir hacía el aeropuerto; todo se resolvió cuando oí como se abría la puerta de la habitación y aparecía ella, desencajada, pálida, despeinada, ojerosa…, abrazándose a mí llorando, pidiéndome perdón, diciéndome que me quería y ante mi insistencia me explico el siguiente relato :

A la hora fijada de las dos en punto fue en mi busca, no encontrándome; que a los diez minutos salio el grupo de los dos italianos y la francesa y le dijeron que la habían estado buscando. Enojada conmigo, por empujarla de esa
manera en brazos de otro, decidió seguir la fiesta y que fuera que lo que
Dios quiera.

Subieron todos al coche, Marco al volante, ella de acompañante y la otra
pareja detrás. Estuvieron como un cuarto de hora de viaje, durante el cual
la pareja de atrás aprovecharon al máximo, viendo de reojo como la francesa
tenía el vestido en la cintura, había perdido toda su ropa interior y estaba
haciendo una mamada impresionante a Fabio, al cual se le entreveía un polla
larga de unos 20 cm.

En cuanto a mi esposa Inma, se morreaba con Marco, en cuanto podían y el
también le bajo las bragas y le fue tocando su coñito mojado, su calentura
reconocía iba en aumento.

En cuanto llegaron al apartamento, cada pareja se dirigió a su habitación,
Ivonne ya iba totalmente desnuda y con evidente estado de embriaguez. Mi
esposa estaba en ese punto, estaba ya totalmente convencida a llevar a cabo
su primera infidelidad y ponerme esos cuernos tan deseados por mi. Se sentó
en el borde de la cama y empezó a desnudarse, igual que Marco que estaba de pie frente a ella, cuando levanto la vista se encontró con su gruesa polla
frente a ella, entendió lo que el insinuaba y ella decidió darle una merecida mamada, la primera polla además de la mía que probaba, todo ello se
prolongo un rato largo, pues ella estaba excitada y le satisfacía seguir
chupando y lamiendo ese cipote, el cual de repente de una fuerte convulsión
descargo una corrida de leche en su boca, al no estar acostumbrada a ello,
aparto de si la polla y continuo la corrida encima de su pecho.

De inmediato Marco la invitó a tumbarse y el desde el suelo de rodillas, le inició una buena lamida de su coño alternando chupadas en su clítoris, en la duración de ese cunilingus, vio con la puerta entre abierta, como la francesita entre tropezones corría hacia el lavabo y de inmediato oyó unas fuertes arcadas que indicaban como vomitaba producto de su borrachera. Inma, no dio importancia al hecho y se concentro en la chupada que le estaba realizando Marco, llegando a un fuerte orgasmo.

Después de ello, Marco volvía a estar empalmado y le pidió que la follara; empezaron en la postura del misionero y fueron cambiando de posición varias
veces, follandola al final de “perrito” y corriendose dentro de ella,
cayendo exhaustos ambos encima de la cama.

Mi esposa reconoce, que a pesar de la fuerte excitación de ambos, todo fue
dulce y afectuoso, por lo cual cuando acabaron de follar, estuvieron
abrazados cuan amantes embelesados. De repente oyó sobresaltada la voz de Fabio decir:

- ¿Qué tal parejita? ¡vaya polvo! …. La puta de la francesita me ha dejado a
medias, esta durmiendo la borrachera, dejadme un sitió.
A la vez que se tumbaba en la cama a mi lado, dejándola en medio de los dos
hombres, ella sobresaltada intento expresar su queja y rechazo pero Fabio
dijo:

- Que pasa putita, te crees que tu también vas a dejarme así – Enseñándole
la larga polla que antes había visto de reojo en el coche.
Inma, se resistió y por respuesta recibió un bofetón, amenazándola de nuevo:

- Por las buenas ó por las malas……, no querrás que tu maridito cabrón vea
por Internet el polvo que acabas de pegar y que he grabado desde la puerta –
por lo visto se habían quedado con nuestro juego en la discoteca.
Marco la invitó a que se dejara llevar y disfrutará de la situación,
mientras Fabio ya la había cogido del pelo y le acerco su polla a la boca,
empezando de nuevo una segunda mamada en la misma noche, Marco a la vez le volvía a tocar su coño y de nuevo le clavo su gruesa polla. Lo que nunca
había imaginado, se encontraba en medio de un sándwich sexual y poco a poco disfrutando de ello. Excitada la fueron cambiando de posturas y la follaron de todas maneras, estando de perrito chupando la polla de Marco y
clavandosela por detrás Fabio, notó como este le iba untando el ojete de su
virgen culo con saliva y sus propios fluidos, ella imaginandose lo peor,
pidió por favor que no lo hiciera por ahí. Fabio reía y le decía:

- Déjate llevar ó te dolerá más, ten por seguro vas a volver con tu marido
escocida y ese cabrón consentido no podrá follarte en varios días.
Mientras decida eso, le apoyó la punta del cipote en su ano y le introdujo
poco a poco toda su larga polla, a Inma le temblaban las piernas por el
miedo y dolor, pero al cabo de un rato reconoce estaba disfrutando como
decía ella “como una puta”

Si con dicha situación no hubiera bastante, en esa orgía en la cual era
protagonista apareció de nuevo Ivonne y se metió con ellos en la cama, le
arranco la polla de Marco de la boca y empezó a mamarsela ella, poniéndose
en postura para que Inma le lamiera el coño, indecisa noto como Ivonne y
Fabio le sujetaron la cabeza y le amorraron la boca al coño de la francesa,
Inma se dejó llevar, lamió y disfruto de todo, según me estaba reconociendo
en la exposición de su relato.

Finalizaron el polvo, Ivonne follando con Marco y Fabio corriendose en su
culo. En solamente una noche había probado semen por todos sus agujeros, mis cuernos estaban más que conseguidos.

Inma seguía relatándome todo lo ocurrido durante la noche, mientras le
ayudaba a desnudarse, solamente llevaba el vestido, y le acompañaba a
ducharse, comprobando las señales y restos de sexo en su cuerpo.
Cuando finalizaron la sesión de sexo, una vez repuesta, vio asustada la hora
que era y pidió la acompañaran al hotel, negándose los italianos a su
petición, facilitandole solamente el telefono movil para que llamara a un
taxi.

Corrió a vestirse y sin despedirse de ellos, vio como Ivonne continuaba
jugando con ellos. Salió de la casa y en un momento llego el taxista,
pidiéndole avergonzada la llevará al hotel señalado, él la miraba de reojo y
con cara de guasa, estaba claro que intuía la noche que había tenido mi
mujer.

Así llego asustada al hotel, donde esperaba cualquier reproche mío; al
contrario, intente tranquilizarla y después de la ducha, la invite a dormir
al menos un rato en la cama; viéndola desnuda y excitado por su relato me
hice una paja, disfrutando de mis estrenados cuernos.

El viaje de avión lo hizo descansando y una vez de vuelta en casa tardamos una par de semanas en volver a tener relaciones y comentar lo sucedido. Las primeras veces Inma, aún mantenía cierto pudor a dar más detalles de esa
noche, pero poco a poco, íbamos disfrutando cada vez más los dos, de lo que
hizo. Tarde al menos un año a proponerle de nuevo el volver a jugar e intentar con otra experiencia de compartirla… pero eso es otra historia.

No hay comentarios: